El padre Jony Murillo, presbítero de la Arquidiócesis de Tegucigalpa recién ordenado, nos ayuda a orientar los propósitos de un nuevo año en el aspecto espiritual que es vital para cada católico, metas que alimentan el alma y renuevan la fe.
Camino
El presbítero asegura que “Hay que iniciar cada día como una ofrenda, presentarla a Dios cada día y hacer que tenga sentido en Él y eso solo se logra cuando dejamos que nos guíe, conduzca y modele nuestras vidas”.
Como segundo propósito, el padre Murillo comparte que “es necesario establecer metas espirituales que podamos medir día a día, permitiendo acrecentar nuestra relación con Dios y con los hermanos”. En tercera instancia, el joven sacerdote recomienda que “es importante leer pero no cualquier cosa sino una obra espiritual que ayudará a incrementar la firmeza en la fe, por lo que sí puede acuda a una librería católica y adquiera un libro que le ayude a vincularse de manera más estrecha con el Señor”.
Sagrado
La interiorización es fundamental para un buen año espiritual, así lo afirma el padre Jony Murillo, quien expone que otro detalle a seguir al iniciar un nuevo año, es “aferrarse a los sacramentos, hay que tener esa gracia de acercarnos más al Señor, a esos signos visibles que nos regala una gracia invisible”.
Por último, el consagrado diserta que “cada día podamos cerrarlo con un examen de conciencia, meditando qué cosas buenas hice y qué otras no tan buenas me alejaron del Señor; desde esta perspectiva el día siguiente será mejor, teniendo más sanas relaciones con los demás y con el Señor”. Estos cinco propósitos dados por el Padre Jony, son generalizados pero cada uno, con base a su realidad de fe, puede establecer los propios, lo que sí es seguro, es que este ejercicio funciona de gran manera.
Otros consejos
1 Sacramentos
Ya lo recalcaba el padre Jony Murillo, y es que la frecuencia de los sacramentos debe ser prioritaria en la lista de propósitos espirituales para un nuevo año, participar de manera activa en las celebraciones litúrgicas, buscar el perdón en la reconciliación o tener una vida sacramental firme y estable.
2 Rezos
Además de la participación en la liturgia de la Iglesia Católica, pueden sumarse a ella algunos actos de la piedad popular como los rezos o novenas, estas prácticas fortalecen la espiritualidad poniéndose en contacto con las celebraciones, el legado de los santos e involucrándose en la cotidianidad eclesial.
3 Formación
Para tener una vida espiritual robusta, es imprescindible que cada fiel propicie espacios formativos para acrecentar sus conocimientos en lo que vive y profesa; con la formación y actualización, se encuentra un sentido más pleno a lo que vive de manera interior en la espiritualidad, resaltando cada detalle.
4 Obras
La espiritualidad cristiana siempre irá enraizada en practicar las obras de misericordia corporales y espirituales, por lo que, un buen propósito para iniciar un año, es llevar a la práctica todo aquello que se medita y se ora. Con obras como la solidaridad, la caridad o la empatía, se plasma el mensaje evangélico de Jesús.
5 Actitud
Con un mundo tan acelerado en el que día a día el hombre está inmerso, es necesario un cambio de actitud, más si se ve como fruto de profundizar en sus debilidades y fortalezas. Crear un propósito espiritual para año nuevo, va de la mano de mostrar lo que Dios hace en cada uno desde la propia personalidad.