El tiempo de Cuaresma se acerca a su fin y con ello, la oportunidad de evaluar si realmente hemos dado pasos hacia una conversión sincera. Durante estos casi 40 días, la Iglesia ha exhortado a los fieles a profundizar en la oración, el ayuno y la caridad, elementos esenciales para preparar el corazón para la Pascua. El Padre Josué Dany Hernández, Presbítero de la Arquidiócesis de San Pedro Sula, explica que la conversión no es solo un cambio de hábitos, sino un verdadero giro en la vida. “En hebreo, conversión significa cambio de horizonte, de miras y de camino; en griego, es un cambio de mentalidad. Es un llamado a renovar nuestra voluntad y nuestras acciones en Dios”, dijo.
Por su parte, el Padre Bairon Cárcamo, Administrador Parroquial de la comunidad San José de Cedros, recuerda que aún queda tiempo para aprovechar la Cuaresma y vencer las tentaciones que nos alejan de Dios. “Jesús nos dio el ejemplo en estos 40 días, venció al demonio. Nosotros debemos hacer lo mismo, dejando atrás el orgullo, el pesimismo y la prepotencia, y llenándonos del amor y la misericordia divina”, apunta. En este tiempo de reflexión, la Cuaresma nos llama a cuestionarnos si hemos hecho lo necesario para cambiar. ¿Hemos aprovechado esta oportunidad o hemos dejado pasar el tiempo? Si no lo hemos hecho, aún es momento para volver a Dios.
1 Conversión
La Cuaresma es un llamado a cambiar el corazón. Dejemos atrás lo que nos aleja de Dios y fortalezcamos nuestra fe con oración, ayuno y caridad. Es tiempo de volver al camino del Evangelio para vivir una verdadera transformación espiritual.
2 Silencio
En mundo lleno de ruidos y distracciones, busquemos el recogimiento. Escuchemos a Dios en la oración y la Palabra. La Cuaresma es un retiro del alma que nos ayuda a encontrar sentido y dirección en nuestra vida.
3 Sacrificio
No es solo abstenerse, sino ofrecer con amor. Renunciando a lo superficial, creciendo en humildad y generosidad, ayudando a quienes sufren. Cada acto de entrega une nuestro corazón al sacrificio de Cristo en la cruz.