La tentación no es el pecado, pero si la ocasión que nos conduce al pecado, por eso compartimos estas herramientas que te ayudaran a alejarte de este tipo de ocasiones.
- Escuchar y reconocer la palabra de Dios revelada en las Sagradas Escrituras y manifestada en los acontecimientos de la propia historia.
- Esperar, confiar y creer en Dios durante la tentación, la tentación no se combate confiando en sí mismo, la tentación solo se vence confiando en Dios.
- Abandonar los valores e ideales del mundo porque son totalmente opuestos a los valores del reino, parece lógico, pero lograr esto en lo íntimo del ser implica autentica fuerza de voluntad.
- Cumplir la voluntad de Dios, esto significa hacer el bien y evitar el mal en todo momento.
- Cuidar lo que vemos, oímos y hablamos, para no darle cabida al príncipe de la mentira y sus encantos.
“La tentación no es más que la situación en que es sumergido el hombre para que salga a relucir lo más profundo de sí mismo”