Este viernes 16 de octubre partió a la casa del Padre, una mujer insigne en la Iglesia hondureña, Sor María Rosa Leggol. Una religiosa ejemplar que nació en Puerto Cortés un 21 de noviembre de 1926. A una corta edad recibió la vocación de servir a los demás y vivir cada día de la mano de Dios en sus obras y acciones.
Vocación Una niña extrovertida, que quedó huérfana en su niñez y se sostuvo gracias al apoyo de sus padrinos de bautismo. Cuando Sor María Rosa estaba cumpliendo seis años, un 21 de noviembre de 1932, su mirada fue cautivada por un grupo de mujeres extranjeras que llegaban a Puerto Cortés. Era un grupo de religiosas alemanas que estarían de misión en el país. “Vinieron para encontrarme a mí y para que yo las encontrará a ellas” dijo Sor María. Ella sintió en ese momento que el Señor la estaba llamando para que se hiciera franciscana y perteneciera a esa comunidad. Elizabeth Cruz, quien es parte del equipo de Sor María Rosa dijo que “es una vocación enviada por Dios, se la dio para que ayude a toda la niñez”.
Religiosa Sor María Rosa tenía más de setenta años de vida religiosa. Cuando decidió ser religiosa, ingresaron 86 jóvenes a la congregación. Su grupo se llamaba las rebelditas y actualmente solo seis continúan con vida. Tenían como patrona a Santa Juan de Arco, por lo rebelde que eran. La mayoría de ellas están en Milwaukee, Estados Unidos, y le han rogado que vaya allá a celebrarlo con ellas, pero ella no acepta porque “yo aquí tengo mi pueblo, aquí tengo a mis hijos, yo soy de Honduras”. De 1945 a 1948, trabajó como enfermera en La Policlínica de Tegucigalpa. El 13 de junio de 1949 hizo sus primeros votos religiosos en la ciudad de Milwaukee, Wisconsin, y tomó el hábito religioso de una hermana franciscana.
Amigo de los Niños
Es la fundadora de la sociedad Amigos de Los Niños en donde más de 87 mil niños han estado bajo su amparo. Doña Rosa Paz, es una de las hijas espirituales de Sor María Rosa. Para ella “Cada proyecto en la vida de Sor beneficia a mucha gente y esa ha sido la expresión más grande de su vida religiosa, la entrega incondicional hacia los demás”. Se la conoce como la “Madre Teresa” de Centroamérica. Fue nombrada como una de las mujeres más influyentes de país, se creó un sello postal en su honor y se ha reconocido con diversos premios nacionales y extranjeros.