Somos participes de la fecundidad divina

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CEC: 2056: La palabra “Decálogo” significa literalmente “diez palabras” (Ex 34, 28 ; Dt 4, 13; 10, 4). Estas “diez palabras” Dios las reveló a su pueblo en la montaña santa.  

La sexta palabra del decálogo es “No cometerás actos impuros”. Y esto implica: 

  1. Comprender que «Dios es amor» (1Jn 4, 8), y su amor es fecundo. De esta fecundidad ha querido que participe la criatura humana. 
  1. Asociar la generación de cada nueva persona a un específico acto de amor entre un hombre y una mujer. 
  1. Entender que la sexualidad del ser humano es algo íntimo de la persona y por tanto es distinta a la propia de los animales.  
  1. Mirar el sexo no como una realidad vergonzosa, sino un regalo divino que se ordena limpiamente a la vida, al amor, a la fecundidad. 
  1. Vivir la castidad será fundamental para hacer posible el amor en la corporeidad y a través de la misma. 
  1. Profundizar la estrecha relación que hay entre la capacidad de amar, la sexualidad y la procreación. 
  1. Pedir a Dios la virtud de la santa pureza.  
  1. Evitar las lecturas de libros, los programas de tv o internet que conlleven espectáculos inmorales e indecentes. 
  1. Recordar que la unión sexual «está ordenada al amor conyugal del hombre y de la mujer» (Catecismo, 2360). 
  1. Nunca olvidad que el placer sexual es moralmente desordenado cuando es buscado por sí mismo, separado de las finalidades de procreación y de unión» (Catecismo, 2351). 

Estas “diez palabras” nos ayudaran a comprender y vivir mejor el sexto mandamiento de la ley de Dios. 

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