Entender el legado ecologista de San Francisco de Asís, puede ser la clave para que, en este tiempo de crisis, se pueda tomar conciencia en el cuidado del medio ambiente. El “Pobrecillo de Asís” como era llamado, sentía un profundo respeto y admiración por todo lo que encontraba en la naturaleza, ya que no glorificaba a las cosas por sí mismas, sino a su Creador.
Unidad
Para este gran santo era vital entender la relación entre la humanidad y toda la creación. Fray Arturo Trinidad Espinal, Párroco de la comunidad Inmaculada Concepción de Comayagüela, considera que tenemos que comprender que nosotros vivimos en esta casa y que, por lo tanto, tenemos que cuidar todos los espacios de ella. Es por ello, que la visión franciscana ayuda a ver la vida como un gran regalo. Fray Arturo agrega también que “Si podemos ser humildes como él y entender que el mundo no está en nuestro control, tomaremos nuestro lugar como una parte y solo una parte de la gran comunidad de la creación”.
Hermanos
El autor del poema “Cántico de las Criaturas”, expresaba a través de estos versos, el hecho que, en esta casa común todos somos hermanos. Es por ello, que Alex Flores, Franciscano Seglar, asevera que el santo de la ecología en este tiempo actual, estaría más preocupado por situaciones claras o específicas como el calentamiento global, la destrucción de los árboles a través de la quema y la tala, así como por tanta inundación, además miraría el sufrimiento que tiene la tierra y que nos afecta en todo momento.
Conversión
Es por eso, que el llamado que ha realizado el Papa Francisco, en estos tiempos cobra más sentido. El Pontífice nos invita a una conversión ecológica, que según explica Alejandra Zelaya, coordinadora del Movimiento Laudato Si en Honduras, se trata de “Reconocer los pecados y errores que hemos cometido contra nuestro planeta que es un don de Dios. Recordemos que no nos pertenece y que solo estamos llamados a protegerlo”. Bien dijo San Juan Pablo II “Que San Francisco de Asís inspire a conservar el sentimiento de la fraternidad con todas las cosas creadas por Dios y recuerde el grave deber de respetarlas”.