Ser Delegado de la Palabra lo encaminó al sacerdocio

A través de este ministerio, Dios quiso llamar al Padre Hermer Sorto, para que, además de predicar el Evangelio, ofreciera a Cristo Eucaristía.

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La vocación sacerdotal es un llamado que Dios hace para entregar su vida por el anuncio del Evangelio, sin embargo, es importante recordar que se requiere de mucho esfuerzo para completar los estudios requeridos. En la historia vocacional del Padre Hermer Sorto, esta condición sobresale, ya que, a pesar de los problemas económicos que sufrió, pudo completar su sueño de ser sacerdote a ejemplo de Monseñor Romero.

Origen

El Presbítero Sorto nos confiesa que posee doble nacionalidad, ya qué, gran parte de su vida la vivió en El Salvador. Cuando él tenía tan solo 12 años, perdió a su mamá eso lo obligó a irse para un lugar llamado Chinameca, en ese mismo país, ya que, según relata, su padre era alcohólico. Allá cursó la primaria y estando con familiares en esa ciudad, lo llevan a la Iglesia para que conozca del Señor, mientras que sus hermanos permanecieron en Honduras, pero al finalizar sus estudios, el Padre Hermer regresó a donde estaba su familia, porque su padre que poseía algunas tierras, lo necesitaba para que trabajara con él.

Conversión

En su juventud, pasa algunos momentos de rebeldía y decide irse del hogar. Estando fuera de casa, se acerca a la Iglesia y se convierte en Delegado de la Palabra de Dios. Esto da como fruto, que la relación con su papá vaya mejorando mucho. Siendo joven, se traslada nuevamente a El Salvador y mientras sirve en la Iglesia en este lugar, es elegido para cursar un diplomado sobre la Pastoral Juvenil en Brasil, el cual duró dos años.

Decisión

Previo a su viaje a Brasil, habla con su novia, con quien ya estaba comprometido para casarse y le pide que le espere ese tiempo. Al tener un mes en Suramérica, le avisan que la que era su prometida tenía otra pareja, por lo que decide concentrarse en su formación. Dios se vale de estas situaciones para colocar en su corazón la inquietud por el sacerdocio. Al regresar a Honduras, habla con ella para comunicarle su decisión de querer ser presbítero. Ingresar al seminario fue un proceso difícil, porque no contó con el apoyo de su familia.

Formación

Con muchísimas dificultades, especialmente por el factor económico, cursó sus estudios en El Salvador en el Seminario Mayor San José de la Montaña. Realizando una misión pastoral en una parroquia, conoce a unos sacerdotes estadounidenses y unas religiosas de Notre Dame, que, al conocer su situación, le ayudan con su sostenimiento en el seminario. 

Misión

En 1985, cuando cursaba el tercer año de Teología, recibe el diaconado con el apoyo de una parroquia en la que estaba sirviendo, esto en el municipio de Ciudad Delgado, El Salvador, allí desarrolla una misión casa a casa, sobre todo acompañando a las familias que estaban viviendo las secuelas de la guerra civil que afrontó este país en la década de los 80. Vive dos años este grado del orden, creando diversas comunidades cristianas, especialmente en sitios que no había presencia de la Iglesia.

Sacerdocio

Recibió el orden sacerdotal en Honduras y años más tarde, se incardina en la Diócesis de Santa Rosa de Copán, sirviendo en varias parroquias. Después se traslada a la Arquidiócesis de Tegucigalpa, en donde acompaña por varios años, primero como vicario y luego como Párroco en el Santuario Nuestra Señora de Suyapa y actualmente, es Párroco de la comunidad Cristo de las Mercedes en Santa Lucía.

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