1 40 días
Jesús estuvo con los discípulos cuarenta días antes de subir a los cielos (Hechos 1, 3-9), así como pasaron 40 días y 40 noches del diluvio, 40 años del pueblo de Israel vagando en el desierto, 40 días de Jesús en el desierto. Es el tiempo en que Dios nos permite fortalecer y purificar nuestras vidas.
2 Misión
Antes de volver al Padre, Jesús nos deja una misión “Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación” (Marcos 16, 15-20). Es nuestro deber como bautizados anunciar la Resurrección a todos los pueblos, es decir con nuestras acciones más con nuestras palabras mostrar el rostro del Resucitado.
3 Espíritu
Jesús en la última conversión que tuvo con los discípulos les recuerda la promesa profética de ser bautizados en el espíritu, “Sino que recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén en toda Judea y Samaria y hasta los confines de la tierra”.
4 Gloria
Este momento en que Jesús deja la tierra para volver a la casa del Padre, es la glorificación de su persona, pues se contrapone a los sufrimientos padecidos en el camino de la Cruz por nuestra salvación. Sube con Gloria y Poder, enseñándonos que para Dios no hay imposibles y que Él realmente ha venido al mundo.
5 Esperanza
Con esperanza, porque la fiesta de la Ascensión nos invita también a mirar hacia adelante “y donde nos ha precedido Él, que es nuestra Cabeza, esperamos llegar también nosotros como miembros de su cuerpo”, dándonos la certeza, que el final es estar en Dios, y no en el vacío o limbo, que el horizonte de nuestra vida es Dios.
6 Exaltado
Luego que el Señor Jesús se apareció a sus discípulos fue elevado al cielo. Este acontecimiento marca la transición entre la gloria de Cristo Resucitado y la de Cristo Exaltado a la derecha de Dios Padre. Marca También la posibilidad de que la humanidad entre al Reino de Dios como lo anunció Jesús.