¿Qué pasa si mis hijos no quieren hacer los sacramentos? ¿los puedo obligar? Son preguntas que muchos padres de familia se realizan. Ante esto, es importante recordar lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica respecto a los sacramentos. El numeral 1250 recuerda que “la Iglesia y los padres privarían al niño de la gracia inestimable de ser hijo de Dios si no le administraran el Bautismo poco después de su nacimiento”, texto que da a entender que es necesario para la vida de los infantes que reciban este sacramento. Así como a los infantes, no se les pregunta si quieren comer, si quieren las medicinas o si quieren estudiar, así debería ser con la vida espiritual, ya que los padres o tutores, comprenden que todo esto, se les ofrece, por un bien mayor y en el caso de los sacramentos, por su salvación.

El Catecismo también menciona en el 1251 que “Los padres cristianos deben reconocer que esta práctica corresponde también a su misión de alimentar la vida que Dios les ha confiado”. El ítem 1257, nos recuerda que “El Señor mismo afirma que el Bautismo es necesario para la salvación. Por ello mandó a sus discípulos a anunciar el Evangelio y bautizar a todas las naciones”.

Teniendo en cuenta estos numerales que nos hablan del primero de todos los sacramentos, es importante destacar que esto aplica para todos los sacramentos de iniciación cristiana y en lo referente a la Confirmación, está normalmente se recibe ya por decisión propia. El Papa Francisco al respecto, mencionó en cierta ocasión que “es importante tener cuidado de que nuestros hijos , nuestros niños reciban este sacramento Todos nos preocupamos de que esté bautizados: ¡y esto es bueno! Pero quizás no tenemos tanto cuidado de que reciban el Sacramento de la Confirmación: permanecen en mitad del camino”. Este Sacramento “¡es tan importante en la vida cristiana, porque nos da la fuerza para seguir adelante! Pensemos un poco, cada uno de nosotros: debemos preocuparnos para que nuestros hijos y nuestros niños reciban el Sacramento de la Confirmación Es importante, esto es importante. Y si tienes niños en casa, los niños que todavía no lo han recibido y tienen edad suficiente para recibirla, haced todo lo posible para llegar a esta iniciación cristiana en su plenitud y que reciban el poder del Espíritu Santo. Pero ¡es importante! Por supuesto, es importante ofrecer a los que lo reciben una buena preparación, que debe tener como objetivo conducirlos a un compromiso personal con la fe en Cristo y para despertar en ellos un sentido de pertenencia a la Iglesia”

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