San Moisés, también llamado el Moro o el Etíope, era el sirviente de un cortesano egipcio cuando escapó en convertirse en el cabecilla de una peligrosa banda de asaltantes y bandoleros.
Mientras lo ordenaba y le revestía con el alba, el arzobispo Teófilo comentó: “Ya lo ves, padre Moisés, el hombre negro se ha trasformado en blanco.” San Moisés replicó sonriendo: “Sólo exteriormente. Dios sabe cuan negra tengo el alma todavía.”
¿Por qué es considerado patrono de la no violencia?
Según cuenta la historia un día, cuando una cuadrilla de asaltantes se disponía a saquear el monasterio, San Moisés ordenó a sus monjes que huyeran. De hecho se negó a organizar cualquier estrategia de defensa porque: “El que a hierro mata a hierro muere.”, señalaban el hombre que hoy el santoral nos recuerda.
El santo permaneció en el monasterio con otros siete monjes pero solo uno de ellos sobrevivió al ataque. San Moisés tenía 75 años cuando fue asesinado. Está sepultado en el monasterio Dair Al Baramous, que todavía existe.
Figura a la que hoy día internacional de la no violencia la Iglesia pide su intercesión, con el fin de lograr la estabilidad y la paz en países donde impera la inseguridad, siendo el Estado de Honduras uno de ellos, en donde los homicidios se han desencadenado en los últimos tiempos, de acuerdo a datos del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autonoma de Honduras, en lo que va de la fecha, más de 6,500 hechos violentos se han dado en el país, siendo en los departamentos de Cortes, Francisco Morazán y Yoro.