Juan Martín Porres Velásquez, el primer santo mulato de América, nacido en el virreinato del Perú conocido popularmente como “Fray Escoba” y también como el santo de la caridad, es muy querido, porque su milagrosa intercesión, dedicó su vida por completo a los más necesitados y instó a todos a vivir la santidad ya que “Está al alcance de todos”.
El padre César Muñoz, párroco de la comunidad Santísima Trinidad de esta capital, describe a este santo afrodescendiente como un ejemplo de humildad para la sociedad ya que, desde sus inicios, su humildad destacó. “Su ejemplo de sencillez nos reta a reconocer que el servicio es un medio para alcanzar la santidad, por su entrega generosa llega a ser hermano religioso, es decir a alabar a Dios a través de su vida de oración y su servicio”, dijo. La historia cuenta que este santo solo se enfocaba en amar a Dios a través de sus acciones, cuidando enfermos, dando limosna y escuchando.
Quería amarlo tanto que lo demostraba con el servicio. Fue un gran ejemplo de entrega porque a quien tuviera la oportunidad de ayudar, no lo dudaba. Sirvió a todos los enfermos sin distinción y tenía una particular debilidad por todos los que como él sufrían la marginación y eran considerados en segundo plano, los esclavos, mulatos y empobrecidos de la sociedad; el santo de la justicia social, un hombre que consolaba a todos los que se encontraba y les mostraba el rostro de Cristo.
1 Bilocación
Dios le concedió el don de la bilocación, lo que quiere decir estar en dos lugares al mismo tiempo. Incluso, se reportaron apariciones de este santo en diferentes lugares del mundo consolando enfermo.
2 Animales
Además de su amor por el servicio a los pobres, San Martín de Porres tenía una particular debilidad por los animales a quienes rescata y cuidaba porque los miraba como una hermosa creación de Dios.
3 Sonrisa
Una de las cualidades de San Martín fue su profunda alegría que demostraba en el servicio, reflejando la cara de Dios, la manera en como el Señor obraría en favor de los necesitados.
