San Judas Tadeo, esperanza en lo imposible

Aquel que Jesús llamó “Judas no Iscariote”, amigo fiel del Señor, se erige como el patrón de las causas casi desesperadas y aliado de quienes confían aun cuando todo parece perdido.

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La figura de San Judas Tadeo es, para la Iglesia, un testimonio de fidelidad y de esperanza que alcanza a quienes se sienten abandonados. En audiencia general del 11 de octubre de 2006, el Papa Benedicto XVI recordó que “La manifestación del Resucitado a los discípulos no es exterior sino interior… está condicionada por el amor del discípulo”. Aquel que, en el Evangelio, preguntó: “Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros y no al mundo?” se convierte así en modelo de aquellos que buscan la presencia de Cristo en medio de sus luchas.   

Ejemplo San Judas es recordado también por su carta, la Epístola que lleva su nombre, donde anima a “edificaros sobre vuestra fe más santa; orad en el Espíritu Santo; conservaos en el amor de Dios; esperad la misericordia de nuestro Señor Jesucristo” como vía de salvación y testimonio. Por su parte, se le atribuye el sobrenombre de “Thaddeus” del arameo taddà’, magnánimo, lo que sugiere su ánimo generoso para interceder y acompañar.  La tradición litúrgica lo ha consagrado como patrono de las causas difíciles o imposibles. La Iglesia lo honra e invoca universalmente como el patrón de las causas desesperadas. Su nombre, muchas veces evitado por la confusión con Judas Iscariote, terminó iluminando más aquello que parecía sin esperanza.

En ese “último recurso”, muchos encuentran en San Judas una presencia cercana, dispuesta a escuchar, interceder y acompañar. En la fidelidad de San Judas encontramos un recordatorio: la fuerza del testimonio del apóstol radica no en gestas espectaculares, sino en su constancia, su amor humilde y su esperanza firme. Así como Benedicto XVI lo señaló, tanto San Simón como San Judas “nos ayudan a redescubrir la belleza de la fe cristiana y a dar testimonio firme y sereno”. Que su ejemplo nos anime hoy a confiar más allá de lo lógico, a creer en lo oculto del corazón y a vivir la fe con valentía para que nuestra vida sea reflejo de la misericordia que nos llama.

190, AÑO en que consagra al apóstol: Según la tradición litúrgica, se estima que San Judas Tadeo fue martirizado alrededor del año 65 d.C., y su fiesta se celebra el 28 de octubre como memoria litúrgica de los apóstoles Simón y Judas.
“San Judas Tadeo nunca me ha dejado solo; en mis peores momentos su intercesión me dio esperanza y fe para seguir adelante.” Claudia Gonzales, devota a San Judas.

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