Cada 9 de diciembre y a pocos días de celebrar la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, recordamos a San Juan Diego Cuauhtlatoatzin, un campesino muy humilde que la Virgen buscó para ayudar a su pueblo latinoamericano El padre Juan Carlos Martínez, párroco de la Catedral Metropolitana, explica que San Juan Diego es un hombre que demostró esa docilidad para poder captar la presencia de la Madre de Dios y hacer lo que ella nos indica. Al hacer énfasis de lo que nos enseña este hombre santo hoy en día, el presbítero Martínez hace hincapié que él nos muestra la humildad de poder percibir la presencia de María y contemplar tantas obras que el Creador nos regala y que a veces, entre tantos quehaceres, pasamos distraídos y nos olvidamos de Él.
Testimonios
Diego Mendoza, es coordinador de la Pastoral Juvenil del templo San Juan Diego y expresa que, a él, este santo, le ha enseñado a no tener cansancio para seguir a Cristo y fue su acompañamiento en el tiempo de pandemia. “Me custodió y me dio fuerza para continuar con mi misión de evangelización en la pastoral donde tenía que conducirme en bicicleta por horas y buscar a los jóvenes, y en ese trayecto solo me acordaba de la historia de la Virgen de Guadalupe en el cerro de Tepeyac”, manifestó.
San Juan Diego fue beatificado y canonizado por el Papa San Juan Pablo II
San Juan Diego fue el indígena de la etnia chichimeca de la ciudad de México, que presenció la aparición de la Virgen de Guadalupe en 1531. Fue beatificado en el año 1990 y canonizado en 2002, en ambos acontecimientos por el papa San Juan Pablo II. Su fiesta patronal es el 09 de diciembre. En la Arquidiócesis de Tegucigalpa se encuentra un templo en honor a este santo y está ubicado en la colonia Lomas del Toncontín y es parte de la parroquia Santo domingo Savio que está a cargo del presbítero Fredy Espinoza.