Es Doctor de la Iglesia griega. Nació de familia acomodada, su padre era ministro en Damasco, pero Juan renunció a esa vida, repartió sus posesiones entre los pobres y entro en el monasterio de San Sabas, cerca de Jerusalén. Se dedicó al estudio y a escribir. Quería hacer llegar los profundos tesoros de la fe a todo el mundo.
San Juan Damasceno, el primero de la larga fila de aristotélicos cristianos, fue también uno de los dos grandes poetas de la Iglesia oriental. El santo pasó su vida entera bajo el gobierno de una califa mahometano y este hecho muestra el extraño caso de un Padre de la Iglesia cristiana, protegido de las venganzas de un emperador, cuyas herejías podía atacar impunemente, ya que vivía bajo el gobierno musulmán.
Fue uno de los más grandes y fuertes defensores del culto de las sagradas imágenes en la amarga época de la controversia iconoclasta. Como escritor teológico y filósofo, no intentó nunca ser original ya que su trabajo se redujo más bien a compilar y poner en orden lo que sus predecesores habían escrito.