Cada 19 de marzo se festeja a San José, esposo de la Virgen María y patrono de la Iglesia Universal, sin embargo, el 1 de mayo la Iglesia celebra la fiesta en honor a San José Obrero, patrono de los trabajadores, fecha que coincide con el Día Internacional del Trabajo.
Fue en 1955 donde el Papa Pío XII instituyó esta celebración litúrgica, ante un grupo de obreros reunidos en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.
San José era el protector de la Sagrada Familia y al igual que los padres de hoy, era el pilar, el que se esforzaba para conseguir el sustento diario. Llevó una vida de trabajo, de ahí que lo denominen “José obrero”.
Pero lo más bello, era que este santo hombre no se reducía a su papel de proveedor, sino que, junto a María, educó a Jesús, lo acompañó en todas sus misiones, lo apoyó, lo crio y lo amó.
Este es un año peculiar, porque 8 de diciembre del 2020, el Papa Francisco convocó el Año de San José para conmemorar los 150 años del decreto Quemadmodum Deus, con el cual el Beato Pío IX declaró a San José Patrono de la Iglesia universal.
El Papa Francisco indicó que este año se establece para “que todos los fieles siguiendo su ejemplo (de San José), puedan fortalecer cotidianamente su vida de fe en cumplimiento pleno de la voluntad de Dios.
Hoy queremos encomendar a todos los padres hondureños bajo la protección de San José, para que a imagen de él puedan guiar a sus familias y enseñen a sus hijos el valor del trabajo, sobre todo en este tiempo donde se carece de oportunidades laborales.