Con su intercesión y protección, María Santísima ha hecho sentir a sus hijos la presencia maternal. Ella los lleva a una consagración, observándola como una Madre que es Reina de todo lo creado. Este último título le da la perspectiva que podemos leer en el Salmo 44 que dice: “De pie a tu derecha está la Reina, enjoyada con oro de ofir”.
Claridad
Como toda festividad que encierra a la Virgen María, el católico debe estar claro en lo que conlleva celebrarla. En relación a ello, el Padre Luis Enrique Gutiérrez, Párroco de la comunidad Santa María Reina, asevera que “El hecho de que María esté ya ahora asunta al cielo y coronada como Reina y Señora de la humanidad, no da pie a que la pongamos como una diosa, sino que, al contrario. Debemos admirarla porque es Madre de Dios y sobre todo por haberse abierto a la gracia del Padre y por haber abraza do la cruz con su Hijo Jesús. Es por esto que experimenta la vida eterna’’. La Asunción de la Virgen al cielo, da paso firme a que sea reconocida como reina, sin ser más que Dios, sino cumpliendo otra función: interceder.
Ejemplo
Con la coronación de María como Reina de todo lo creado, se le da continuidad al dogma de la Asunción de la Virgen, por lo que el Padre Gutiérrez, acuña que “al vivir esta fiesta debemos cuestionarnos que, si ella pudo por qué nosotros no, si se entregó a la voluntad de Dios, por qué nosotros no lo vamos a lograr, sabiendo que tenemos su protección, tenemos su intercesión en nuestras vidas”. Una enseñanza que debe interpelar a todos los cristianos, tomando como ejemplo, lo obtenido por la Madre del Señor, concluyó el presbítero. El reinado de María, está enmarcado en el amor traducido en el servicio a su hijo por medio de su intercesión inagotable