Reflexión | Todos

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Columnista Semanario Fides, Portavoz C.E.H y arquidiócesis de Tegucigalpa

Una de las cosas que más he admirado a lo largo de estos años del Papa Francisco, es su valentía al enfrentar los medios de comunicación. Es cierto que, de repente, la era digital a él le produce una cierta duda frente a todo el bien que se puede realizar, sobre todo a través de las redes sociales, porque efectivamente, para resumirlo: Internet, es la más grande biblioteca de la historia pero al mismo tiempo es el más grande basurero que la humanidad ha creado. Su última entrevista a Norah O´Donell de la CBS de Estados Unidos, sabía que iba a causar un revuelo porque aunque ella es incisiva, es respetuosa, pero algunas de las preguntas sin duda, era de esperarse atacarían el centro de la pastoral del Santo Padre, como de hecho, así fue. Con todo, me parece que la entrevista y la manera como la editaron quedó bastante bien.

Sabemos, que desde prácticamente el inicio del pontificado del Papa Francisco un grupo de hermanos que se hacen llamar tradicionalistas o bien conservadores, se ha dedicado a atacar y a tergiversar prácticamente cualquier cosa que sale de la boca del Papa. Por fórmula, ponen en duda el magisterio del Santo Padre y algunos abiertamente se han declarado: sedevacantistas, es decir, que consideran que “el tal Bergoglio”, no es el verdadero papa. El problema es que, estos señores y señoras, son increíblemente activos en las redes sociales y se presentan como los garantes, los defensores de la más genuina y fiel doctrina de la Iglesia. Por eso, cuando el Santo Padre ha respondido a las preguntas planteadas por la señora O´Donell, exponiendo perfectamente lo que la iglesia cree y sostiene desde hace 21 siglos, se encontraron desarmados y fuera de la insistencia de alguno de ellos de creer que el papa va a cambiar, lo que efectivamente no puede cambiar, porque es la tradición milenaria de la Iglesia, terminaron poniendo en tela de juicio hasta la intención de las palabras del Papa.

Ese nivel de profundidad en su análisis y su capacidad de leer la mente de las personas, realmente es digno de un manicomio. El colmo de los colmos, a mi juicio, es que algunos que se han dedicado en los últimos años escudándose detrás de instituciones que se dicen católicas. Pero de católicas tienen muy poco, a desacreditar al Papa, al no tener asideros, decidieron atacar la cama donde duerme el Papa y a partir de una cosa que no dijo él, porque jamás se ha presentado a sí mismo comparándose con los anteriores papas, optaron por creer que lo suyo es falsa humildad, simple publicidad, cuando su trayectoria desde sacerdote hasta el presente sigue siendo la misma. Así que, como el Papa insiste en que todos cabemos en la Iglesia y que todos fundamentalmente somos personas de buen corazón, lo cual es doctrina de la Iglesia, hoy quiero orar por estos hermanos que no creen que todo sea posible para quien cree y para quien ama.

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