Nos adentramos a vivir la Semana Santa, los días que nos recuerdan los últimos momentos de Cristo en la Tierra; donde vivimos la Pasión, Muerte y la Resurrección, es decir, recordar el momento que Jesús hace su entrada triunfal a Jerusalén y que es proclamado Salvador.
El Padre Álex Hernández, Párroco de la comunidad de Los Dolores en Tegucigalpa, hace hincapié que, “Mientras algunas personas están pensando en andar en actividades fuera de la Iglesia, nosotros nos preparamos desde el Domingo de Ramos para vivir una semana con más compromiso a la oración y que todo comenzó desde el Miércoles de Ceniza”.
Pero ¿Qué podemos hacer del Lunes al Miércoles Santo? El presbítero hace énfasis, que estos días pueden pasar desapercibidos, pero son tan importantes, ya que son para preparase, en primer lugar, en familia para juntos vivir ese Triduo Pascual.
Consejos
Doña María Funez, comparte que ella vive este tiempo en comunidad y se reúne desde el día uno de la semana con su familia. Por las noches meditan la vida de Jesús y le van explicando a los niños y los jóvenes, que es lo que celebramos para que de esa manera juntos estar preparados para el Jueves, Viernes y Sábado Santo. El Padre Wilson Canizales, Vicario de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús en Tegucigalpa, igual explica que estas 72 horas, previo a estos tres días de mayor actividad, son un preámbulo para luego entrar a ese misterio donde Jesús se hace humilde, siervo, pobre, esclavo de sus discípulos y luego llegar ese Vía Crucis, donde subimos a ese calvario de la Cruz, para caminar a el Sábado de Gloria y decir juntos que el Salvador ha resucitado.
1 Oración
Los primeros tres días de la Semana Santa, ayudan a prepararnos en la oración, y si es en familia, mucho mejor, afirma el Padre Álex Hernández, de Tegucigalpa.
2 Lectura
En los días santos, debemos ser constantes en la lectura de la Biblia, ella nos hará entender lo que celebramos y mucho más el Triduo Pascual.
3 Adoración
Las primeras horas de la Semana Santa, nos compenetran en el sentido de adorar a Jesús Eucaristía meditando sus sagrados misterios y así recibirlos con limpio corazón.
