Es una confesión incompleta. Así de claro y fuerte, muchas personas confunden el Sacramento de la Reconciliación como un desahogo psicológico o como un requisito para comulgar sin darle la importancia que este sacramento merece.
Una buena confesión conlleva estos cinco (5) pasos:
1. Examen de conciencia: hay que sacar una lista de todos los pecados cometidos.
2. Dolor de los pecados: arrepentirse verdaderamente de los pecados cometidos.
3. Confesión de los pecados: decir cada uno de los pecados al sacerdote confesor.
4. Cumplir la penitencia: el cumplimiento de la penitencia mitiga la pena temporal causada por los pecados cometidos.
5. Propósito de enmienda: es hacer el esfuerzo por no volver a caer en la tentación.
La penitencia es parte esencial de los pasos para vivir una buena confesión y no es opcional el cumplimiento de esta. Es una tarea santificante que te ayudará a romper las ataduras del pecado.