Hemos llegado al tercer año de pandemia. Aquel 11 de marzo de 2020 se confirmó oficialmente el primer caso de COVID-19 en Honduras. Ese es un momento registrado en nuestras memorias. Luego llegó el confinamiento, la mortalidad y todas las consecuencias a la salud, la sociedad, la economía y muchas áreas de nuestras vidas. Honduras ha registrado al menos 471,557 casos confirmados y 11,109 fallecidos, según cifras de los boletines oficiales de la Secretaría de Salud (SESAL).
Todavía tenemos que hacer valer la experiencia y las lecciones aprendidas. Como Observatorio de COVID-19 de UNITEC, en colaboración con un notable grupo de investigadores de todo el país agrupados en el Consorcio de Investigadores COVID Honduras, resaltamos enfáticamente el impacto de la voz académica y científica en este difícil trienio, a pesar de no haber contado con el respaldo financiero y el apoyo gubernamental debido.
Nuestra alianza de investigadores dentro y fuera de UNITEC resultó en 18 publicaciones científicas y múltiples propuestas de políticas públicas, dadas a conocer gracias al apoyo de los medios de comunicación, a quienes expresamos nuestro reconocimiento por su labor informativa.
Ahora estamos en la transición a la pospandemia, pero los riesgos siguen con el COVID largo y necesitamos definir el futuro de la vacunación contra SARS-CoV-2.
El COVID-19 sigue siendo una amenaza. Pese a la reducción de casos observado desde finales de 2022 y lo que llevamos de 2023, es necesario mantener acciones concretas y puntuales para prevenir.
Hay que seguir atentos a los rebrotes que continuarán surgiendo, cada vez más limitados en su alcance, pero no por ello, menos preocupantes. Por las implicaciones crónicas y por vigilancia epidemiológica, las pruebas diagnósticas deben seguir disponibles.
No podemos abandonar la vigilancia epidemiológica ni la farmacológica, ni los estudios de secuenciación genómica o de evolución clínica. Debemos seguir usando la ingeniería de datos y mejorar la comunicación con la población. El sistema de salud pública en Honduras debe revisar su desempeño y mejorarlo, preparándose para nuevos retos.
Recientemente, el Congreso Nacional derogó el decreto que mandaba el uso universal de la mascarilla. En este boletín recordamos las situaciones y lugares especiales donde esta debe seguirse usando.
Desde este espacio, confirmamos que seguiremos nuestro trabajo investigativo, el debate científico y ético de los argumentos y de las opiniones, así como la defensa del interés más preciado: la salud y el bienestar de la sociedad, sobre todo las poblaciones más desfavorecidas.
Le invitamos a dar lectura de este boletín y actualizarse sobre el estado de las cifras a nivel nacional e internacional, así como sobre las posturas ante las vacunas y la nueva información sobre la persistencia del daño viral que queda en el cuerpo humano y que necesitaremos tratar.