En el rezo del Ángelus, Su Santidad el Papa Francisco, reflexiono sobre la importancia del servicio a los demás, señalando que el servicio no disminuye, sino que hace crecer, invocando la intercesión y protección de Santa María, para comprender el verdadero significado del amor.
“La grandeza y el éxito, a los ojos de Dios, tienen otro nivel: se miden por el servicio”, palabras que surgieron en la liturgia de este domingo antes de comenzar el ya acostumbrado rezo del Ángelus, donde se dieron cita cientos de peregrinos en la plaza de San Pedro en la ciudad del Vaticano.
“El valor de una persona ya no depende del papel que desempeña, del éxito que tiene, del trabajo que hace, del dinero que tiene en el banco; no, la grandeza y el éxito, a los ojos de Dios, tienen otro nivel: se miden por el servicio. No por lo que se tiene, sino por lo que se da. ¿Quieres sobresalir? Sirve”, dijo el Santo Padre desde la ventana de su estudio, con la mirada a la plaza central, dieron conocer medios católicos de ese Estado.
El Papa también destacó que “cuanto más servimos, más sentimos la presencia de Dios”. Sobre todo “cuando servimos a los que no tienen nada que devolvernos, los pobres, abrazando sus dificultades y necesidades con tierna compasión: ahí descubrimos que a su vez somos amados y abrazados por Dios”. Informó el Vatican News, desde su portal, tras finalizar el rezo del Ángelus.
Palabras que hoy se hacen eco en la homilía de Su Eminencia Cardenal Óscar Andrés Rodríguez, quien desde la Basílica Nuestra Señora de Suyapa, invitó al pueblo hondureño a servir con la verdad.
Francisco explicó que el niño, en el Evangelio “no simboliza tanto la inocencia como la pequeñez”. Enunciando que “Jesús abraza a ese niño y dice que quien recibe a un pequeño lo recibe a Él. Esto es, en primer lugar, a quién servir: a los que necesitan recibir y no tienen nada que dar”.
Palabras que hoy son necesarias en el Estado de Honduras, cuando se ha violentado la garantía social de la educación a más de 2.2 millones de menores que han sido víctimas por la falta de educación.
Concluyendo su el Santo Padre con una invocación a la Virgen María, para que sea ella quien nos ayude a comprender el verdadero servicio y entrega por los más necesitados en medio de un mundo lleno de desigualdad social, imperado por la injusticia, los deseos del poder y los intereses particulares.