Palabra de vida |“Ha brillado una luz…” Domingo de la Palabra de Dios

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Mateo en el Evangelio de hoy, presenta a Jesús que irrumpe con su presencia en el horizonte de Galilea, la región con muchos pagana y aparece allí como la espléndida sorpresa del amor de Dios. El símbolo de la luz, clásico en todas regiones para hablar de la divinidad, señala la iniciativa de Dios que rompe su aislamiento y se dirige al hombre, lo envuelve y lo involucra en su luz, en su vida.

Tiene pues realce en esta Santa Palabra de este domingo, la iniciativa de Dios, que rompe como en el principio de todo, con su silencio y se hace presente para encontrar al hombre en su vida y en sus quehaceres. Así lo evidencia Mateo con su narración vocación para los primeros discípulos. Jesús efectivamente transforma el modelo de la relación maestro-.discípulo característico del mundo judío. El discípulo escogía al rabi-maestro, después de haberlo escuchado cuando hablaba en la plaza de la ciudad, por lo caminos o en la sinagoga.

El estilo de Jesús está hecho de su palabra imperativa que advierte una decisión clara y rotunda, Él llama y no está equivocado en su elección. Encuentra a la orilla del lago de Tiberíades (o Mar de Galilea) a dos hermanos y les dice: “¡Seguidme!” y ellos atraídos de manera única por la gracia de Dios que los ha tocado dejan caer las redes y se embarcan en una aventura mucho más misteriosa de la que vivían sobre aquel lago.

En verdad: “No me habéis elegido vosotros, sino yo os he elegido”, les dirá el propio Maestro más tarde, cuando haya reunido al grupo definido de doce. Con este Evangelio queda claro que la iniciativa será siempre de Dios, Él es quien elige, cuándo quiere y cómo quiere, agregando además que esta su voz, conteniendo el sentido de “lamar” nunca se ha terminado de pronunciar. En el Domingo de la Palabra de Dios, recibamos siempre este mensaje con la plena certeza y alegría, que es Dios en verdad, Dios mismo el que nos habla y nos quiere invitar a la aventura de vivirla en las nuevas aguas de los mares de la vida, a veces siempre agitadas y amenazantes.

Domingo de la Palabra de Dios, para entender que Dios nunca se casará de llamar y elegir a los que Él quiera; propongámonos a estar siempre atentos a su voz y dejarlo todo como hicieron los discípulos para iniciar nuestra personal aventura en los caminos de Dios.

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