Señor Jesús, por intercesión de Santo Domingo Savio te ruego con amor por esta dulce esperanza que llevo en mi seno.
Me has concedido el inmenso don de esta pequeña vida que alienta en la mía; te doy humildemente gracias por haberme escogido como instrumento de tu amor. En esta dulce espera, ayúdame a vivir en continuo abandono a tu divina voluntad.
Concédeme un corazón de madre, puro, fuerte y generoso.
Te ofrezco las preocupaciones del porvenir: las ansias, los temores, los deseos en favor de la criatura que no conozco aún. Haz que nazca sana en el cuerpo, aparta de ella todo mal físico y todo peligro para el alma.
Tú, María, que gozaste las inefables alegrías de una maternidad santa, dame un corazón capaz de transmitir una fe viva y ardiente.
Santifica mi espera, bendice mi gozosa esperanza, haz que el fruto de mi seno sea fecundo en virtud y santidad, como le concediste al adolescente Santo Domingo Savio. Amén.