Cada 23 de septiembre, la liturgia nos recuerda la memoria de San Pío de Pietrelcina, un santo sacerdote que, en este tiempo de crisis sanitaria, con su vida puede iluminar a las personas para afrontar la pandemia del COVID-19.
Experiencia
Al conocer sobre su vida, la historia señala que cuando tenía aproximadamente 31 años, se infectó de la peste negra o gripe española, una pandemia que afectó a más de 500 millones de personas. Durante ese tiempo, algunos escritos narran como afrontó esta situación. “Manténganse bajo la protección de la Virgen, no cometan pecados, la enfermedad no tendrá motivo para ustedes” aseguró el santo.
“Si Dios te deja caminar sobre las tempestuosas aguas de la adversidad, no dudes … no tengas miedo. Dios está contigo” Padre Pío
Consejos
En la carta enviada a otra de sus hijas espirituales, Antonietta Vona da algunos principios de cómo afrontar una pandemia, consejos que, resultan muy provechosos para la vida espiritual. El recuerda que 1. “Sabemos que Dios dispone todas las cosas para bien de los que lo aman” (Romanos 8, 28); 2. “Dios es nuestro padre”; 3. “Cuando les envié sin cartera ni equipaje ni calzado, ¿Les faltó algo?” (Lucas 22, 35); 4. “Eternidad”; y 5. “En cuanto a mí, no quiero sentirme orgulloso más que de la cruz de Cristo Jesús, nuestro Señor” (Gálatas 6, 14).
El Padre Pío padeció la gripe española. Probablemente se enfermó a principios de octubre de 1918, unos diez días después de recibir los estigmas y luego de un mes, se pudo recuperar.
CLAVES
1 Oración Uno de los consejos más repetidos de San Pío es permanecer en oración. En una pandemia, el santo señala constantemente que Dios es misericordioso y escuchará la oración. “No se consigue la salud espiritual sino con la oración”, dijo.
2 Fe “Si tienen fe, ninguno de ustedes perecerá”, expresó en una de sus cartas, con motivo de la pandemia. Esto lo vivió toda su vida, “Tú debes tener fe ilimitada en la bondad divina, porque la victoria es absolutamente segura”, manifestó.
3 Confianza Esta es una de las actitudes que más señaló. No se debe interpretar como descuido, sino como abandono a la voluntad de Dios, “Mi pasado Señor, lo confío a tu misericordia, mi presente a tu amor, mi futuro a tu providencia”, expresó.