Considerado como el patrono de las causas difíciles, San Judas Tadeo era primo del Señor Jesús y a un lado de la fe que se le tiene, está la costumbre de muchos devotos que colocan a sus pies “papelitos” con una oración donde piden repetirla con el afán de que este hombre de Dios les concederá un favor imposible, pero solo orando sin romper la cadena.
Para el padre Rigoberto Velásquez, párroco de la comunidad Cristo Rey, comenta que San Judas aparece en el Evangelio en la lista de los 12
apóstoles en San Juan 14, 22-23, es allí donde interviene. “De esta fiesta no sabemos mucho, pero tiene mucha religiosidad popular, por ser un apóstol que tenía una gran amistad con Jesús”, dijo.
Riesgos
El sacerdote indicó, que es profundo el fervor a este santo, pero también reconoce que hay personas que son supersticiosas y que no cree un papel de estos tenga efecto, sino la fuerza de la fe de quienes lo invocan. “El deseo de ser un auténtico cristiano y buscar ser como él, es lo que deben de movernos, no con una cartita. Los que se encomiendan con devoción, apartando cualquier superstición, deben entender que deben ser fieles a Dios y entregarse a Él”, concluyó.
La hermana Dirla Gunera, religiosa misionera del Sagrado Corazón de Jesús, no considera correcta esas cadenas, porque se puede caer en
la falta de conocimiento “Hay que tener claro que los santos solo interceden ante el Padre, ellos son esos mediadores que nos ayudan a llegar a Dios”, agregó.
Fe
A nivel mundial son miles de devotos que mantienen esa fe inquebrantable al santo y en la Arquidiócesis de Tegucigalpa está el testimonio de Norma Aguilar, quien narra que, gracias a la intervención del santo, hoy tiene a su hijo, de quien los médicos no le daban esperanza de vida. “Soy devota a este santo, pero no creo en esas oraciones que le dejan, porque eso se vuelve algo popular, un fanatismo, y al final se pierde la confianza” dijo y agregó que “hay que entender ese contexto, ellos no hacen milagros, son mediadores, si bien esas oraciones lo acercan a la imagen, pero no debemos tener muy claro que, si oramos es por amor a Dios y no por obligación”.