Nuestra Señora de Guadalupe acompaña con ternura la misión de sus hijos sacerdotes

María, primera discípula y misionera, que, escuchó, acogió y vivió la Palabra de Dios hecha carne, es la que, enseña a ser discípulos y misioneros de Cristo a cada sacerdote

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Lejos de su tierra, muchos sacerdotes y misioneros de origen mexicano, evangelizan en Honduras, cumpliendo aquella misma misión de San Juan Diego, llevar a conocer la madre de Dios.

Misión

Con diferentes congregaciones, o siendo diocesanos, los hijos predilectos de la Virgen María, como afirma el Movimiento Sacerdotal Mariano, han salido confiados de su tierra, porque van cubiertos bajo la Tilma del Tepeyac, recordando las palabras de Nuestra Señora en sus apariciones con San Juan Diego, “No estoy yo aquí que soy tu madre”. Para el Presbítero Eugenio Aldana, Párroco de la comunidad El Salvador del Mundo, la Virgen de Guadalupe es el modelo para seguir. “Destacaría su ejemplo, porque ella vino a manifestarse a todos, pero especialmente a los más pobres y desheredados en esa época que eran los indígenas y lo habían perdido todo”, dijo.

El presbítero ahondo sobre esta relación con la Virgen, “Nos da ejemplo de cercanía, de compasión, de auxilio a los más necesitados, a los más pobres, a los que sufren”. Asimismo, explicó que, otra de sus características es, su relación materna “Su ser madre de nosotros, de todos, como miembros del pueblo de Dios, que necesitamos esa mirada compasiva, tierna de una madre en nuestras dificultades. En tercer lugar, su intercesión, en todo lo que pido, siempre se manifiesta como madre solicita y nos hace comprender lo que ella mismo dijo”.

Ternura

El presbítero Humberto Romero, también mexicano, considera que la ofrenda que hizo la Virgen María de Nazareth al pie de la cruz y que Jesús le confío a sus hermanos. “Yo la puedo sentir más allá de ser o no mexicano, noto el mensaje materno, de ternura, que la Virgen de Guadalupe da, sobre todo a la gente sencilla, a la gente pobre y esto, supera las barreras de nacionalidad, he podido verla más de una vez en diferentes lugares, porque es el mensaje del amor”, dijo. Por eso, es providencial que sea en este tiempo de espera que celebremos a la Virgen de Guadalupe, porque ella es quien puede ayudarnos a preparar nuestro corazón al encuentro con su hijo.

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