A las puertas de la celebración de la Solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe, Dulce Señora del Tepeyac, quien se apareció a San Juan Diego hace casi 500 años, recordamos su presencia maternal entre estos nobles pueblos; ella, se hace presente y sale al encuentro de las necesidades de sus hijos que con plena confianza le invocan. Tal es el caso del matrimonio entre Guisela Margarita Morales Hernández y Héctor Antonio Martínez, quienes, pese a un diagnóstico poco esperanzador para lograr ser padres, confiaron en la intercesión de Santa María de Guadalupe, advocación mariana que los acompañó desde el inicio de su relación y, por intercesión de tan buena madre y contra todo pronóstico, lo lograron.
Prueba
“Tras 8 meses de noviazgo, nos comprometimos un 12 de diciembre de 2007. Estábamos completamente abiertos a la vida, así que, por gracia de Dios, en junio de 2008 nos dimos cuenta de que estábamos esperando nuestro primer bebé, pero el 21 de julio lo perdimos. Fue un proceso muy fuerte, pero en oración y en compañía de nuestros hermanos de la Renovación Carismática de la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, logramos superar esa perdida.
Luego, en noviembre de 2008 volvimos a quedar embarazados, pero, el 10 de diciembre volvimos a perder el bebé, ambos de 8 semanas. Fue inexplicablemente doloroso y únicamente con la oración es que salimos nuevamente adelante. A comienzos de 2009 buscamos ayuda médica y el diagnóstico es que tengo un anticuerpo que no permite que se desarrollen y que lo más probable que no podre tener bebes. Un dictamen médico desgarrador, pero fue nuevamente con la oración, confiando y abandonándonos en las manos del Señor Jesús a través de la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe comenzamos el tratamiento.
Confianza
“El día de la fiesta de nuestra Señora de Lourdes el 11 de febrero de 2010, el padre de la parroquia nos dijo que era la jornada de los enfermos y que iba a imponernos el sacramento de la Unción, recuerdo que mi oración fue ‘Señor tú sabes que estoy enferma, no puedo tener hijos’ y así fue como en abril de ese año, quedamos embarazados y nos dieron fecha de parto el 8 de diciembre día de la Inmaculada Concepción y nació el 7 de diciembre de 2010 en vísperas de esta solemnidad y que, por intercesión de nuestra Señora de Guadalupe, el Señor Jesús nos bendijo con esa bebé. Luego en 2012 nos embarazamos de otro bebé, confiada también a la virgencita y en 2015 un tercer milagro, así que a través de la intercesión de Nuestra Madre de Guadalupe, el Señor ha bendecido abundantemente nuestro hogar”, expuso.