Es común que al finalizar el año se realicen ciertas prácticas supersticiosas que pretenden manipular a conveniencia propia, lo que pertenece a la única voluntad de Dios. Estas costumbres estriban en temas como el amor, dinero, autoestima, viajes, Etc. Dichas creencias llevan a las personas a realizar algunos “rituales” que van desde comer 12 uvas por cada mes del año nuevo, utilizar ropa interior de un color específico según la necesidad, pasear maletas para atraer viajes y otras cosas más que lo que nos hace pensar es: ¿En quién está puesta nuestra confianza?
Por esta razón, hemos consultado al padre Tony Salinas de la parroquia San Juan Bautista de Ojojona, que nos aclare un poco esta “moda” que siguen muchos en la sociedad. El presbítero nos ha compartido que “La llegada del año nuevo no debe ser propicia para crear incertidumbre en nuestra manera de ver la vida y de concebir el tiempo, para nosotros como cristianos darle cabida a la superstición es un retroceso en nuestro camino de fe y experiencia de Dios”.
Además, el padre Tony agrega que hace unos días hemos celebrado el nacimiento del Hijo de Dios y que tenemos la certeza que vive entre nosotros. “Bien lo dicen las Sagradas Escrituras con el significado de su nombre, el Enmanuel que significa ‘Dios con nosotros’, por tanto, la superstición no debe estar presente porque eso da cabida al miedo y no le damos el lugar a nuestra inteligencia y sensibilidad, nos hace retroceder en nuestra vida de fe, no dejamos a Dios ser Dios”, puntualizó.
Estos rituales son también una oportunidad de llamarnos a estar atentos a escuchar y reconocer la voz de Dios, recordando que todo aquello que esté lleno de su gracia, debe darnos paz, serenidad y plenitud. Que nuestras actitudes poco cristianas no sean más bien el obstáculo mayor para no poder reconocer su bondad en medio de nuestras vivencias. El padre Tony hace una invitación a no contradecir la fe y por tanto entrar en un retroceso de crecimiento humano, psicológico y de madurez en nuestra vida, por eso no debemos contradecir el principio de la fe. ¿Si Dios está con nosotros quién contra nosotros?