En el Domingo de la Palabra de Dios, Monseñor José Vicente Nácher destacó: “La Iglesia universal y nosotros, juntamente con ella, agradecemos que hemos recibido esta palabra de vida, comprometiéndonos cada día a permanecer en ella, ya que la palabra nos precede, nos acompaña y nos conduce”.

En la Eucaristía que presidió en la Catedral Metropolitana San Miguel Arcángel, el Arzobispo de Tegucigalpa dijo: “Tiene sentido celebrar este domingo al inicio del tiempo ordinario para suscitar en nosotros ese compromiso por saber escuchar y atender esta voz de Dios”.

Al profundizar en el Evangelio, explicó que, “San Marcos resumen en dos acciones la vida pública de Jesús: la predicación del Evangelio y el llamado de los primeros apóstoles. Todo ello cerca del lago de Galilea en un lugar y un horario muy frecuentado, donde eran muchos los trabajadores comunes, pescadores y pocos los especialistas en la escritura”

El contenido de su primer mensaje es radical, según detalla Monseñor Nácher; “Crean y conviértanse: creer es aceptar a Jesús como buena noticia, como Evangelio, convertirnos es vivir conforme a lo que creemos de una manera nueva”.

Este primer anuncio trae una urgencia. Monseñor Nácher enfatiza que, la Palabra de Dios tiene una grqn fuerza. “Llama la atención la fuerza de la palabra de Jesús, la cual mueve a una respuesta inmediata y definitiva. Jesús ve y llama; no sabemos si les llama porque ha visto algo en ellos, como haríamos nosotros o mejor ve a los que Él, desde siempre ya había elegido y entonces los llamo”.

La Palabra de Dios menciona Monseñor es “un ser inmaterial. Entra por el oído a la mente y de esta, al corazón, en donde el sentimiento, la idea y la voluntad se funden”.

Es por ello que afirma el Arzobispo de Tegucigalpa que, “nadie se convierte en seguidor de Jesús por simple convicción, sino por conversión, es decir, por la fe y la vida renovada. El mismo término conversión significa que por Jesús y su Evangelio se cambia la ruta de la vida en busca de una nueva meta permanecer en mi palabra nos dice Jesús que es como decir permanecer en mí y como Pedro, podríamos también nosotros responder solo Tú Señor tienes palabras de vida eterna”.

Al final de su mensaje, Monseñor Nácher indica que, “El mejor ejemplo de ese permanecer en la Palabra es María; que la meditaba en su corazón para ella. La Palabra de Dios le era con natural, la escuchaba, la meditaba, la cumplía y la compartía, que sea así también en nosotros que como María podamos permanecer en su palabra” .

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