La Navidad no es quemar pólvora, es una época para reflexionar, compartir amor y tener sobre todo esa unión familiar, es celebrar que ha nacido el Niño Dios. Pero hoy en día en muchos hogares se vive esta época como algo comercial y celebrar no necesariamente el nacimiento del redentor y la forma que lo aplauden es quemando artefactos que a la larga esto trae consecuencias en especial en los niños.
Realidad
Para dar un ejemplo, en el caso del Centro Hondureño para el Niño Quemado (CEHNIQ), en el año 2022 registró 13 menores afectados por pólvora y en el 2023 contabilizaron 41 casos a nivel nacional y hasta la segunda semana de diciembre se reconocen cuatro infantes que han resultado con daños por manipular estos artefactos. Si bien entre las principales causas de quemaduras con mayor reporte en Honduras figura líquidos calientes con un 72% pero en esta temporada navideña incrementan el porcentaje de lesiones por explosivos en más del 6%.
Además, el director de la Fundación Hondureña para el Niño Quemado (FUNDANIQUEM), el doctor Omar Mejía, explica que es importante hacer conciencia que si un menor recibe heridas por manipular estos objetos a diario se gastan un promedio de 25 mil lempiras por paciente.
