En el marco del vigésimo sexto aniversario de creación de la Fundación Cristo de El Picacho, se realizó una solemne Eucaristía en los predios de este parque nacional. La Misa fue presidida por Monseñor José Vicente Nácher, Arzobispo de Tegucigalpa, quien en su mensaje recalcó el camino que debe seguir la fundación Cristo de El Picacho y todos los cristianos.
En su homilía, enfatizó que tenemos que “Mirar a Cristo, seguir a Cristo, servir a Cristo. Podríamos resumir allí el sentido, la misión de la fundación Cristo de El Picacho que se convierte también en la invitación que la fundación realiza a toda la ciudad, a todas las personas, mirar a Cristo, seguir a Cristo, servir a Cristo”.
La fundación Cristo de El Picacho, arribó este día a su vigésimo sexto aniversario, caracterizándose por ser, una organización que vela por los más pobres a través de los diferentes proyectos sociales que desarrollan.
Mirar a Cristo. Cuando un habitante de Tegucigalpa y Comayagüela se levanta, puede levantar su mirada para mirar al Cristo de El Picacho y recordar que el ser humano tiene un fin más alto y que, en medio de tinieblas y un montón de cosas, la luz de Cristo prevalece, que, cuando pareciera que hay muchos caminos enredados, hay un camino recto que es Nuestro Señor. Vivimos complicándonos la vida nosotros mismos, si o no. Nos encanta además vivir allí. Pero hay personas inteligentes que dicen no, es mentira que yo esté obligado a vivir en medio de mentiras, de engaño, de oscuridades, de medias tintas, de falsedades, de promesas incumplidas, es mentira, podemos levantar la mirada a Cristo. Solo a Él y no miremos a nadie más. Nos gusta mirar y poner nuestra esperanza en quienes son hombres y mujeres mortales como nosotros y así nos va. Mirar a Cristo.
Seguir a Cristo. De que sirve encontrar la verdad, que todos ustedes me lo hubieran dicho a la primera, sino tomamos la decisión de seguirle, no necesitamos que nos digan, Jesús es el Salvador, necesitamos creérnoslo en nuestra vida y seguirle es dar pasos, dar pasos es decir aquí pongo y aquí no lo pongo. Pero nos gustan los caminos anchos, con muchas luces de colores y el camino verdadero es estrecho porque es autentico pero existe y es seguir a Cristo. Esa es una decisión, yo no puede decidir por usted ni por el vecino, ni por el papá, ni por el hijo, ni por el primo, decisión de cada uno, seguir a Cristo y cuando levanto la mirada desde cualquier parte de la ciudad y decir, no señor, no tengo porque quedar paralizado, puedo caminar con Cristo, tras de Cristo.
Servir a Cristo. La autenticidad de lo que se anuncia, se confirma en la veracidad del servicio a Cristo que es lo que la fundación está llamada a ser y a su vez, la sociedad entera, servir a los demás. Es lo que estamos llamados a ser. Por eso, creamos por sus obras, por sus frutos, por su servicio a Cristo en la persona de los más necesitados, un servicio que nunca termina y que nunca nos podemos quedar satisfechos, que no realizamos para que digan miren que bonito, apláudanos, sino que lo hacemos, porque allí está Cristo y allí está nuestra salvación. Servir a Cristo es lo definitivo, todo lo demás son autoengaños de este mundo de apariencia y vanidad, es servir a Cristo y nos falta valentía para servir a Jesucristo en la persona de los más pobres y necesitados y es lo que la fundación realiza.
Gracias a la visita de los capitalinos a este recinto, se sostienen muchos proyectos sociales que benefician a los más pobres en el país y esa meta, esperan seguirla desarrollando por mucho tiempo más.