Ministros Extraordinarios de la Comunión despiden a sor Mercedes Gutiérrez

Por Francisco Sosa-Esta religiosa deja esta zona pastoral después de culminar su misión evangelizadora

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Las enseñanzas que nos da la vida, son experiencias para compartir con los demás como también el deseo de inculcar voluntad de servir y ser un buen peregrino para estar al servicio de Dios.

Hace más de 3 años llegó a la Diócesis de Juticalpa la hermana Mercedes Gutiérrez Gutiérrez, originaria de la República de Guatemala, revestida de obediencia y la voluntad de servir. Durante su entrega conoció nuestras costumbres y se hizo de muchas amistades. Deja muy sembrada su semilla, porque lo hizo en tierra fértil y hoy quedan los frutos para seguir cosechando. Uno de esos grupos que fortaleció y compartió conocimientos de fe fue con los Ministros Extraordinarios de la Comunión (MEC). “Para mí ha sido bastante espiritual compartir con los MEC. En su entrega se ve que ellos son amantes de Jesús Sacramentado y eso a mí me satisface, porque no es lo mismo un catequista como un ministro”, dijo y al mismo tiempo explicó, que un catequista es un maestro y un ministro es un amante de Cristo Eucaristía.

“Los tres años que he estado aquí, he compartido también con los demás grupos”, puntualizó y manifestó que “me llevo tanto entusiasmo, ese cariño y el amor que se tiene como Iglesia aquí lo reciben, aunque no sean olanchanos siempre son bien recibidos”. Dunia Murillo, quien es parte del equipo de MEC, expuso que “Yo me siento muy agradecida de haber conocido a sor Mercedes y de conocer en ella tanta enseñanza, es para mí una persona muy especial, podemos tener tanta experiencia dentro de MEC, pero nunca dejamos de aprender y de ella hemos aprendido bastante, por lo cual se ha ganado mi cariño y el de mi familia, le digo que la quiero mucho y le deseo muchos éxitos allá donde la trasladan”.

Asimismo, entre los MEC se contaron experiencias y reconocieron el compromiso para seguir mejorando. Se realizó un compartir con bocadillos y un momento de agradecimiento por el tiempo que convivió entre los olanchanos. Sor Mercedes continúa con su misión y va a tierras lejanas, hasta España, lugar conocido como la “Capital del Santo Reino” ya que es una ciudad muy noble y muy leal en donde vivirá una nueva experiencia, la cual será abrir una nueva comunidad.

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