Las Sagradas Escrituras nos recuerdan que la Sagrada Familia al llegar a Belén, no tuvo un lugar donde pasar la noche, sufriendo el rechazo de la población. Esta situación, pareciese que se repetirá en cientos de migrantes, que deambulan por las calles capitalinas.
Solidaridad Ante esto, Sor Nyzelle Dondé, coordinadora de la Pastoral de Movilidad Humana (PMH), invitó a todos a ser una señal de la esperanza cristiana y la fraternidad que tenemos que dar como hermanos que somos. “Como cristianos, podemos siempre echar una mano, la solidaridad es uno de los grandes caminos para vivir mejor este espíritu navideño y esta época de estar juntos, que podamos compartir lo que tengamos y alimentar la fe de estos hermanos”, dijo. El padre Alberto Enamorado añade que es un tiempo propicio para darnos, no solo lo material sino a nosotros mismos. “Cuando nos nace del corazón, podemos acudir con estos hermanos, no solamente por acallar nuestra conciencia, sino que tenemos que saber que hay otros que necesitan de nosotros”, reflexionó el presbítero.