Hospital San Juan de Dios otorgó la Carta de Hermandad, máximo reconocimiento de la Orden Hospitalaria a la licenciada en enfermería Marta Cálix, voluntaria del centro hospitalario de San Pedro Sula por su valiosa labor y contribución en favor de la misión carismática y hospitalaria que promueve este centro especializado en salud mental en Honduras.
Mirtza Rivera: ¿Cuándo se realizó el reconocimiento?
Marta Cálix: El acto se realizó el 19 de abril en la capilla de nuestro hospital, después de la Eucaristía que fue oficiada por el Padre Fausto Leonardo Henríquez. Estuvieron presentes el Hermano Erick Castillo, superior de la Provincia San Juan de Dios de América Latina y el Caribe acompañado por el Hermano Merced Ulloa, Consejero Provincial, quienes viajaron expresamente para el evento. También los Hermanos de la comunidad de Honduras Yovanny Narváez, Carlos Sarmiento y Jorge Siles; además me acompañaron colaboradores del hospital, compañeras del grupo de voluntarias “Amigas de San Juan de Dios”, representantes de la Comisión Arquidiocesana de Pastoral de la Salud a la cual pertenezco, familiares y amigos.
M.R.: ¿Qué significa este reconocimiento que usted ha recibido y a quienes se les hace entrega? M.C.: La Carta de Hermandad de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios es el máximo galardón que entrega la orden y ¿a quienes se les entrega? es un poco difícil para mí contestar esta pregunta, es obra de Dios, fui seleccionada quizás porque estoy muy identificada con la misión carismática y hospitalaria que tratamos de promover en nuestro hospital que se especializa en salud mental en Honduras.
M.R.: ¿Cómo se siente recibir la Carta de la Hermandad de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios?
M.C.: Me siento muy agradecida y feliz con Dios y con la Orden Hospitalaria que me hayan honrado con este galardón, significa asumir nuevas responsabilidades y acentuar las actuales.
M.R.: ¿Cuántos años de voluntariado lleva en el hospital San Juan de Dios y cuál es su compromiso?
M.C.: Tengo 16 años de estar trabajando en el hospital como voluntaria, prácticamente para mi es mi segunda casa; conozco a la mayoría de nuestros pacientes y a sus familiares, mi compromiso es grande, pero lo amo , trabajo en la pastoral de la salud ayudando a nuestros pacientes gestionando ayuda para los más necesitados, hablando con ellos y escuchándolos; trato en lo posible de priorizar las necesidades sociales de ellos para poder brindar ayuda, en realidad me siento muy compenetrada con el equipo de salud.