“Y desde aquel momento el discípulo se la llevó a su casa”, nos indica el Evangelio de San Juan en el capítulo 19, verso 27. Este texto que nos hace referencia al momento en que Jesús entrega a su madre a San Juan, nos ayuda para conocer el contexto de la Virgen en la Pascua.
Resurrección
El padre Ovidio Rodríguez, párroco de la comunidad Divino Niño, explica que Jesús en la resurrección, primero se reveló a las dos Marías que van al sepulcro. “No iba María madre, pero como dicen varios biblistas, tenemos que leer entre líneas el Evangelio, a la primera que pudo visitar una vez resucitado fue a su propia madre, porque la tuvo allí al pie de la cruz, dividiéndole el dolor y fortaleciéndola con su presencia y allí se la da al discípulo amado”, dijo. Es por ello, que se puede afirmar que, la casa de Juan era un refugio para recibir fortaleza y esperanza, porque allí estaba María.
“Dónde estaban reunidos Pedro y Juan en la resurrección, en el cenáculo, María en la Pascua la vamos a ver orando en la primera novena, esperando el Pentecostés. Ella ha caminado con la Iglesia, ella es parte de la Iglesia, siempre ha estado como toda mamá que está en todo el acontecer de la vida de sus hijos y María allí está”, detalla el presbítero Rodríguez. Sobre esta temática, algunos biblistas explican que María evidentemente se encontró con Jesús resucitado, aunque las escrituras no nos dan un pasaje directo de este encuentro personal entre María y Jesús, sin embargo, ella permaneció con los discípulos en Jerusalén esperando el Espíritu Santo durante varios días por orden del mismo Jesús resucitado.
1 Encuentro
Para muchos expertos, el encuentro de María con Jesús resucitado formó parte de esta íntima participación de María en el Misterio Pascual de Jesús, y aunque no hay evidencia de ello, queda sobreentendido dentro del Misterio de Dios.
2 Mes mariano
Mayo es uno de los meses dedicados a la Virgen María, que coincide justamente en el contexto de la Pascua, ya que, a ella, la podemos llamar la mujer de la Pascua, que nos ayuda a vivir como el resucitado.