“En el nombre de madre se encierra, la más alta expresión del amor, porque no puede haber en la tierra, una imagen más clara de Dios” exclama el himno a la Madre en Honduras, una expresión que nos ayuda a reconocer que las mamás tienen un camino privilegiado para alcanzar la santidad. Muchas de ellas han entendido esto a ejemplo de Santa María, que dijo “Si” y cambió el rumbo de la humanidad, al ser la madre del Salvador del Mundo.
Cercanía
Para el padre Rodolfo Varela, párroco de la comunidad Nuestra Señora de la Visitación, es fundamental que las madres se deben acercar a Dios para alcanzar la santidad. “Recuerdo mucho una frase que nos decía Monseñor Bonello en el seminario: Un santo no nace ni se hace, un santo se deja hacer por Dios, toda persona, especialmente las madres, que son el reflejo de Dios en la tierra como dice el himno, mientras más cerca de Dios están, más cerca de alcanzar la santidad están” dijo.
Santidad
El presbítero Ovidio Rodríguez, párroco de la comunidad Divino Niño, recuerda que “La santidad no es hábito, no es aureola, no es báculo, no es vestidura litúrgica o hábito de religioso o religiosa, es como dice San Pablo, llevar una vida oculta, escondida en Dios”. Es por ello, que el presbítero Rodríguez recuerda a tantas madres que viven la santidad en la sencillez, que lleva una vida transparente, se esconden en aquella primera bienaventuranza, felices los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. La santidad de las madres, la vemos en esas mujeres que dan la vida. “Esa mamá que es la primera que se levanta y la última que se acuesta, que deja de comer para que su familia se alimente, por lo que no vayamos a endulzarlas solo con un pastel o una buena comida, hay que darle lo mejor todos los días de nuestra vida, porque amor con amor se paga”, pidió el padre Ovidio.
1 Santa Gianna Beretta
Molla Fue una santa italiana que, durante el embarazo de su cuarto hijo, se enfermó de cáncer y a pesar de todas las presiones, decidió continuar en vez someterse a un aborto. Gianna estudió medicina y se especializó en pediatría. Durante toda su vida consiguió equilibrar su trabajo con su misión de madre de familia.
2 Santa Mónica
Fue la madre de San Agustín, sus padres la casaron con un hombre llamado Patricio, por quien sufrió mucho, hasta su conversión. Su hijo también estuvo descarriado y durante 15 años rezó y ofreció sacrificios por su conversión. Muchas madres se encomiendan a ella por la conversión de sus hijos y maridos.
3 Santa Celia Guerin
Ella siempre quiso tener muchos hijos y que todos fueran educados para el cielo. Sus cinco hijas fueron religiosas. La última, Santa Teresita es santa y doctora de la Iglesia. El amor que sentía por su esposo era profundo y elevado. Para ella, su mayor alegría era estar junto a él y compartir con una vida santa.
4 Santa Rita de Casia
Aunque desde niña quiso ser religiosa, sus padres la casaron con Paolo Ferdinando. Su marido era bebedor, mujeriego y violento, Santa Rita le fue fiel durante todo su matrimonio. La pareja tuvo dos gemelos del mismo temperamento que su padre. La santa encontró fortaleza en Jesús, a quien ofrecía su dolor.
5 Beata Concepción Cabrera
Fue madre de 9 hijos, a quienes dio formación y manutención, aun en los difíciles tiempos cuando ella quedó viuda, y además de atender a su familia, ella se dio tiempo para escribir numerosos libros y realizar varias acciones a favor de la Iglesia y de los más pobres.