Es muy común que las celebraciones sacramentales, sean opacadas por las reuniones que le siguen, restándoles importancia y respeto
La invitación del Señor a contemplarle en cada sacramento es constante y mucho más cuando se participa como testigo o padrino de alguna persona que recibirá estas gracias especiales.
Comprensión
En la celebración de los sacramentos participan, además de los sacerdotes, catequistas y quienes los van a recibir, otras personas que quizá no comprenden el valor que tienen estos signos para los católicos. Nora Sauceda, coordinadora arquidiocesana de la Catequesis, opina que “Los sacramentos deben respetarse por ser instituidos por Jesús, han sido confiados a nuestra Madre Iglesia para que cada uno, podamos recibirlos y ser misioneros del Señor”. Sauceda, agrega que “no debe preocuparnos más el cómo vestir para la celebración, porque Dios no ve nuestra ropa sino nuestro corazón”. Esta exhortación se fundamenta en los incontables casos donde parece que la fiesta tiene más influencia que el propio sacramento.
Centralidad
Lo que se pretende con los sacramentos, es una cercana amistad con Jesús, por lo que “debemos prepararnos de buena manera para llevar lo mejor al Señor”, afirma Sauceda, quien, con sus años de experiencia, aporta que es necesario llevar el proceso catequético para poder realizar este acto religioso y no social. Los sacramentos significan para la Iglesia, el camino para llegar a la santidad y en cada uno, se enmarca la acción salvífica de Dios en cada persona, por lo que son de suma importancia para la feligresía católica.
1 Vestimenta
Celebrar un sacramento, no es signo de una reunión social y desde cómo vestimos para la ocasión, se debe resaltar lo que se conmemora. Aunque haya una fiesta ofrecida después de la liturgia, no se debe perder la perspectiva de que primero es la gracia que se recibe en la Iglesia.
2 Comportamiento
Con puntualidad, seriedad que se da a la celebración y los lenguajes que se utilicen, la persona que acude a la liturgia, debe comprender que su solo comportamiento va dignificando lo que se vive en la Iglesia y en caso de invitar amigos o familiares que no profesan la fe, hacerles entender que lo que vivirán, es sagrado.
3 Valor
Los actos sociales que preceden la celebración de los sacramentos, no deben alterar el orden que estos tienen para los cristianos, si bien estos acontecimientos son motivos de alegría para la familia o la comunidad parroquial, deben priorizar en resaltar que Dios ha sido misericordioso otorgando estos signos eficaces de fe.