La Arquidiócesis de Tegucigalpa, tiene a bien otorgar el galardón de la Orden San Miguel Arcángel a una hondureña que se ha adentrado en los sufrimientos de tantos compatriotas, donde la soledad y el desprecio han reinado, nos referimos a Laura Sánchez quien dejando todo, se entregó por completo a amar a sus hermanos enfermos.
Decisión
La vocación de Laura Sánchez por los más necesitados en la enfermedad, surge desde su rol como enfermera anestesista, pero como ella explica, “Viniendo a Casa Zulema cada fin de semana aunque yo tenía mi trabajo, mi hijo, mi marido, mis hijos, mi casa”. Sánchez nos cuenta que “aún con mi vida realizada, a los tres años hice una opción radical de fe y opté por dejarlo todo y dedicarme por completo a servir a estas personas, y así fui descubriendo que valía la pena darlo todo por el amor a Jesús a través de los enfermos”. Ella agrega que “no se puede describir con palabras el gozo y la alegría que se recibe al ver a una persona feliz por sentirse amada, querida, atendida”. A pesar de no ser religiosa consagrada, vive de manera extrema la oración y contemplación, afirmando que “brindar este servicio significó para mí, un giro de 180 grados porque al compartir la vida, vivir con estas personas, yo vivo la pobreza, vivo la castidad, vivo la obediencia, mi Padre Celestial”.
Cercana
Al palpar en carne propia el dolor, la enfermedad y el trance de la vida hacia la muerte, Laura Sánchez, afirma que “tenía una gran necesidad, un deseo fuerte de abrazar a Dios a pesar de haber tomado formación teológica, participando en grupos apostólicos, pero no llenaba mis vacíos, hasta que me dediqué por completo a la causa de Jesús a través de este apostolado”. Esta decisión le ha permitido conocer a esta mujer, muchas personas que con VIH+ o con alguna enfermedad terminal, solo buscan compañía y es allí donde Sánchez entra en función, sin importar credos, razas, estatus social o condición política, el desinterés por lo irrelevante, le ha permitido ver más allá que lo físico, asevera la encargada de Casa Zulema.
Marca
Son muchas las personas que han llegado a Casa Zulema y conocido del gran ser humano que es Laura Sánchez, una de ellas es Luisa Castellanos, quien expresa que “Laura, es nuestra madre verdadera, estoy muy agradecida con ella porque me ha ayudado, además de ser mi madrina de Bautizo”.
Sánchez, confiesa que hay escenas dolorosas y otras que siguen de esa escala, lo que “me hace minorizar mis achaques, porque en el dolor de verdad redime, entonces lo ofrezco por cada uno de mis hermanos. Soy una mujer común y corriente, que Dios agarra del ‘bulto’, para decir hagamos grandes cosas”, así se define Laura Sánchez, quien encontró en Casa Zulema su razón de ser, la forma en cómo vive la fe y las oportunidades de desarrollar su “yo interior”. Por estas y muchas razones más, la Arquidiócesis de Tegucigalpa, ha decidido otorgar la Orden San Miguel Arcángel a esta gran mujer, lumbrera en la oscuridad de la enfermedad y esperanza para los últimos momentos de vida.
Laura Sánchez: Una misionera incansable
Dejó su casa para entregar su vida entera al servicio de los enfermos de VIH+ y de otras enfermedades terminales. Ha recibido a lo largo de su vida, diversos reconocimientos como un personaje distinguido que aporta de manera géneros a la sociedad, sobre todo a los descartados, deprimidos y olvidados.