El inicio de la Semana Santa, es marcado por la celebración del Domingo de Ramos en la Pasión del Señor, momento en que se conmemora la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. La feligresía acude a esta celebración llevando palmas en sus manos, las cuales son
bendecidas por los sacerdotes y reviven aquel momento de gozo en que se daba la bienvenida al Señor.
El padre Juan Ángel López, párroco de la comunidad Sagrado Corazón de Jesús, nos explica que “Las palmas de Domingo de Ramos simbolizan los ramos de olivo que se utilizaron, porque es el indicativo de la fiesta, la alegría de las caravanas que subían de Jericó a Jerusalén para el recibimiento del Señor. En la época de la aridez, como la que se vivía en ese momento, el significado de las ramas verdes indicaban esperanza y felicidad”.
Sin embargo, en algunas ocasiones se tiene la tendencia a utilizar estos objetos como amuletos de “buena suerte” a lo que el padre Juan Ángel se refiere y menciona que es incorrecto, que únicamente pueden servir como un recuerdo, pero nunca como un objeto esotérico, “Pueden usarla como adorno y hacer una cruz para marcar el inicio de la Semana Santa y colocarla en algún lugar especial; incluso,
pueden botarse, porque no tienen ningún carácter sagrado, aunque yo recomiendo que las guarden y se las lleven a los sacerdotes en las parroquias para que sean cremadas y se utilicen el próximo Miércoles de Ceniza”. Significado El verdadero sentido de las palmas en el hogar es proclamar el triunfo que Jesús vivirá al final de la semana, porque Él es el rey de la vida y la esperanza. Estos signos no deben ser utilizados como fetiches de buena suerte ya que nos orillan a caer en el paganismo.
Desde el momento en que las palmas son bendecidas, representan la divinidad del Hijo de Dios que glorifica el nombre del Padre avivando el significado de la fe y de lo que se vive en la Semana Santa.