Con la llegada de la pandemia, la situación cambió para las comunidades eclesiales y las preocupaciones se volvieron latentes en el aspecto vocacional. Motivación Ha sido gracias a la labor de las pastorales vocacionales de cada diócesis y del trabajo arduo del Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa (SMNSS), que los llamados a la vida consagrada han logrado sostenerse.
Para César Andino, seminarista del año introductorio, todo lo vivido en la pandemia le ayudó a afianzar su discernimiento vocacional, él afirma que ‘’He podido comprender que Dios me ha amado desde la eternidad y a pesar de mis limitaciones, debilidades y caídas, Él me miró con ojos llenos de amor y misericordia y sonriendo dijo mi nombre’’.
El Padre Juan Antonio Hernández, parte del equipo de la Pastoral Vocacional de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, manifestó que ‘’Además de la vocación sacerdotal, se destaca que en medio de la pandemia no se han dejado de celebrar los sacramentos del Matrimonio y del Bautismo”.
Impacto La crisis del coronavirus evidenció tantas malas acciones, pero también despertó el deseo de darse por entero, así lo expresa Erlin López, seminarista del año introductorio proveniente de San Pedro Sula, agregando que ‘’Poder dar un si libre, generoso y sobre todo sincero al llamado de Dios, es un reto de cada día en la actualidad, pero no cabe duda que Dios nos llama siempre a hacer el bien a nuestros hermanos desde distintas realidades’’.
Esta convicción ha sido transmitida a la Iglesia que ve en el sacerdocio y en los que se preparan para ello, esperanza y consuelo. El Padre Juan Antonio Hernández, concluye diciendo que ‘’más que frutos en el aspecto vocacional, es tiempo de siembra’’. Con la latente vocación ya sea religiosa o matrimonial, se fortalece el llamado primordial a la vocación en cualquiera de los ámbitos que se viven, sobre todo si se aporta para salir de la pandemia
170 jóvenes
Se forman en el Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa en la actualidad.
57 jornadas
Orando por las vocaciones, se han realizado siempre el IV Domingo de Pascua.
