En un mundo donde las expectativas sociales marcan el rumbo de muchos jóvenes, mantener- se fiel a la fe cristiana puede ser un desafío constante. La presión por encajar en ciertos estándares, seguir tendencias o actuar según lo que la sociedad dicta, muchas veces choca con los principios del Evangelio. Sin embargo, la Iglesia nos recuerda que es posible vivir la fe sin ceder ante las exigencias del mundo moderno.
San Juan Bosco, patrono de la juventud, lo expresó claramente al decir “Ser bueno no consiste en no cometer ninguna falta, sino en saber enmendarse “. Esta frase es un llamado a los jóvenes para mantenerse firmes en la gracia de Dios y no dejarse seducir por lo que aleja del camino de la santidad.
Tentaciones
En la actualidad, la juventud enfrenta in- numerables tentaciones que buscan apartarlos del camino de la fe. Las redes sociales, la cultura del consumismo y la búsqueda de reconocimiento pueden convertirse en trampas que llevan a vivir solo para la apariencia y el placer momentáneo. La Iglesia nos in- vita a reflexionar sobre el uso del tiempo y a preguntarnos si nuestras acciones nos acercan o nos alejan de Dios.
Fortaleza
Daniela Torres, joven de la Pastoral Juvenil, comparte su experiencia sobre este tema al decir “A veces sentimos que debemos actuar de cierta manera para ser aceptados, pero he aprendido que la verdadera felicidad no viene de seguir lo que dicta la sociedad, sino de vivir con- forme a los valores que Cristo nos enseña”.
Por su parte, Alejandro Suazo, feligrés de la parroquia El Salvador del Mundo, destaca la importancia de contar con una comunidad de fe. “Cuando uno está rodeado de personas que comparten la misma fe, es más fácil resistir la presión social. La oración y la vida sacramental nos fortalecen para no desviarnos del camino de Dios”, dijo.