El momento en el que la Iglesia nos llama a resucitar con Cristo se conoce como la Pascua. Con la Resurrección, festejamos la derrota del pecado y de la muerte, pero el preámbulo de la Pascua es la Cuaresma. Durante estos 40 días escuchamos palabras de conversión, arrepentimiento, perdón, ayuno, abstinencia y oración, esto con el motivo de exaltar, sin que ningún detalle falte, el triunfo de Jesucristo sobre las tinieblas y con ello el instaurar la reconciliación con nuestro Padre Dios.
Preparación
Hay tantos elementos que el Señor nos facilita para preparar el camino hacia la Pascua, pero antes de comenzar, debemos preguntarnos: “¿Queremos celebrar ese tiempo?” y plantearle también a Él ¿Dónde quieres que la celebremos contigo? El padre Tony Salinas, párroco de la comunidad San Juan Bautista en Ojojona, nos explica que estas interrogantes nos ayudarán a llevar de forma precisa un itinerario de lo que hemos vivido en el recién pasado domingo que revivíamos la Transfiguración de Jesús. “La respuesta nos la da el Señor: ¡Sube conmigo!” expresa el presbítero Salinas y nos recuerda que hay una cumbre espiritual que se representa como el tiempo de Semana Santa, en la que, como si subiéramos una gran montaña, Dios nos espera para convertirnos. “De esta forma, el Padre nos da elementos de preparación para las futuras reflexiones sobre la escucha de su Palabra” puntualizó el sacerdote.
Acontecimiento
La gracia de Dios está al alcance de todos los de corazón quebrantado y espíritu contrito. En el domingo de Pascua de Resurrección, celebramos el acontecimiento más anticipado y glorioso de la historia del mundo. “Es el día que lo cambió todo, ese día mi vida cambió” nos comparte el diácono permanente, Hugo Mejía, al enfatizar que en ese momento el destino del ser humano, dio un giro de 180 grados. Para vivir en gracia antes, durante y después de la Pascua Mejía, explica que “debemos de orar a diario y recibir los sacramentos de la Eucaristía y confesión, para evitar perder la sintonía divina con el Creador”.
Celebración
Al revisar los acontecimientos dados en la Palabra de Dios, encontramos como denominador común la salvación que Él nos ofrece, razón por la cual los feligreses celebran este tiempo con gozo y alegría, ya que esta es la época del realce en la identidad cristiana. Esto nos recuerda que cada uno tendremos una experiencia viva en la Pascua, dando paso para dejar atrás nuestro “antiguo yo” y abordar un “nuevo yo” en nuestras vidas.
“Mi Señor resucitó, no se quedó en el sepulcro”, nos dice, Diego Laínez, feligrés de la comunidad Santo Domingo Savio y también hace el llamado para vivir esta temporada con mucha alegría. “La recompensa, después de un largo procedimiento de preparación y de catequesis en Cuaresma, es la Pascua” dijo. Asimismo, el presbítero Douglas Pérez, sacerdote del Templo de la Juventud San Juan Bosco de esta capital, nos invita a hacer memoria para comprender que la Pascua es un excelente momento para mirar las cualidades y talentos que Dios ha puesto en nuestra vida. “Esto nos ayuda a valorar como nos desarrollamos aprovechando las buenas experiencias, compartiendo con el prójimo, teniendo la mirada fija en el camino a la reconciliación con el Padre y una esperanza permanente en la resurrección pronta con el Hijo” concluyó el sacerdote. La Pascua es la cumbre espiritual de la fe católica Del 20 al 26 de marzo de 2022
El tiempo de Cuaresma tiene como finalidad llegar a la Pascua
El tiempo cuaresmal nos invita a ejercitar la caridad, poniendo nuestra atención, sobre todo, en los más necesitados, aquellos que viven en pobreza y en exclusión. Es indudablemente la mejor manera de crecer para llegar convertidos en lo profundo del corazón a la celebración de la Pascua. Es necesario tener en cuenta que cuando se vive la caridad con intensidad, esto conlleva y exige la práctica de muchas virtudes, por lo cual también se puede afirmar que vivir la caridad es, además, un medio que cubre multitud de pecados.
