Esta sugerencia, la hizo el papa Francisco en la audiencia general desde la Biblioteca del Palacio Apostólico de la Santa Sede en Roma. “Las palabras de la Sagrada Escritura no han sido escritas para permanecer en el papel, sino para germinar en el corazón de la persona que ora”, expresó Su Santidad.
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A pesar de su antigüedad, “cada versículo de la Biblia fue escrito también para nosotros, y a través de ellos Dios nos habla”, hizo énfasis el sucesor de San Pedro en la catequesis número 23 sobre la oración que inicio hace algunos meses el obispo de Roma. “Cuando escuchamos un pasaje que tal vez hemos oído muchas veces, en ese momento, observamos cómo nos toca interiormente y nos ilumina una situación que estamos viviendo”, afirmó el papa.
NOS LEE
En cierto modo la Escritura nos lee a nosotros, “pues lee nuestra vida, comprende nuestra humanidad concreta y nos permite vernos reflejados en muchos personajes y situaciones”, apuntó en su mensaje, transmitido al mundo por los medios de comunicación de la Santa Sede.
LECTIO DIVINA
Citando la tradición Cristiana y con la firmeza del pastor de la Iglesia Universal comentó que desde la primera comunidad cristiana contamos con “muchos métodos de oración; uno bastante consolidado es la “lectio divina y se trata sobre todo de leer el pasaje con atención para comprenderlo”, luego se comienza un diálogo con la Palabra divina, para que pueda ser motivo de meditación y oración, reflexionó el papa.
INTERROGATORIOS
Siempre en fidelidad al texto, nosotros nos interrogamos: ¿Qué es lo que “me dice a mí”? El último paso es la contemplación, para que las palabras dejen paso al amor, al silencio, como el encuentro entre dos enamorados, puntualizó en su mensaje Su Santidad. “De esta manera, la Palabra puede ser nuestra fortaleza; ella viene a habitar dentro de nosotros para que también nosotros habitemos en ella” y además especifica en su reflexión; sobre la oración con la palabra de Señor, “que identificándonos con ella al final podamos reflejar su enseñanza en nuestro modo de hablar y de actuar”.
A continuación el mensaje completo en la audiencia general del Papa Francisco