La nulidad matrimonial: cuando el sacramento nunca existió

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Hay muchas parejas que, al unirse en Matrimonio y con el pasar del tiempo, comienzan a tener diferencias, las que pueden darse por varias razones, por lo que buscan separar sus vidas y rehacerlas. Nuestra Iglesia no hace lo que la ley civil concede que es un divorcio, pero si tiene procesos. A este procedimiento se le llama nulidad matrimonial, y se aplica cuando, desde el principio, faltaron las condiciones necesarias para que la unión fuera legítima ante Dios. El Padre Ricardo Sevilla Chiang, Párroco de la comunidad San José Obrero, explica que las causas pueden ser diversas: desde un defecto en la forma canónica, la existencia de impedimentos, hasta vicios en el consentimiento. “Lo primero que debe hacer el feligrés, es acudir a su párroco, explicar su situación y ser remitido al Tribunal Eclesiástico, donde se llenará un formulario con los datos y las razones de la solicitud”, detalló.

Causales

Entre las causas más comunes están: Falta de consentimiento que es cuando la unión se da bajo presión, con menores de edad, por un embarazo forzado o si uno de los contrayentes ya estaba casado; Impedimentos: como el parentesco cercano o limitaciones físicas o psicológicas que impidan comprender el sentido del matrimonio, según el Canon 108 del Derecho Canónico que explica que “La consanguinidad se computa por líneas y grados. En línea recta, hay tantos grados cuantas son las generaciones o personas, descontado el tronco. En línea colateral, hay tantos grados cuantas personas hay en ambas líneas, descontado el tronco”. Otra de las causas es el engaño o falsedad: cuando la relación se estableció con motivos ajenos al amor conyugal o con ocultamiento de la verdad.

Comienzo

Una vez que el sacramento ha quedado anulado, la persona puede volverse a casar por la Iglesia. El Padre Abel Alfredo Triminio, Vicario de la Parroquia San Juan Bautista en el departamento de El Paraíso, Diócesis de Danlí, nos detalla que “A mí me ha tocado casar a personas que ya se les dio el documento de nulidad, pero porque se logró demostrar que nunca hubo matrimonio y ahora son muy felices”.

OPINIONES
P. Abel Triminio, Vicario San Juan Bautista, El Paraíso
“Nadie quisiera ver familias rotas, desunidas o disfuncionales. Sin embargo, estos casos se dan. Solo debemos de recordar que la Iglesia no quiere el divorcio”.
P. Carlos Rubio, Formador SMNSS
“Hay que pensar también en las consecuencias de una separación o nulidad y entonces lo mejor es prevenir, es decir, cuando hay algún signo de que algo malo en el matrimonio se busca ayuda”.
P. Ricardo Sevilla, Párroco San José Obrero
“Lo primero que debe hacer el feligrés, es acudir a su párroco, explicar su situación y ser remitido al Tribunal Eclesiástico, donde se llenará un formulario con los datos y las razones de la solicitud”.

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