La misericordia del Señor mostrada en el patíbulo de la cruz, es el más grande ejemplo de darse por entero, incluso donándose por aquellos que desean un mal; este legado de Jesús, debe ser arraigado en el seno del corazón cristiano, para tejer una sociedad mejor.
Aprender
En una nación tan convulsa como la que tenemos en la actualidad, meditar en la Divina Misericordia del Señor, es propicio para replantear qué se hace como sociedad para revertir las problemáticas. A criterio del padre Santos Pablo Vásquez, párroco de la comunidad San Martín de Porres de Tegucigalpa donde se encuentra el apostolado de esta devoción ‘’Comprender la misericordia en nuestros tiempos, es aprender a sentir como Dios siente y allí radica el llamado o el reto, para poder amar, darnos, entregarnos, rezar por el con el que tiene problemas y hacer el bien a quien nos hace mal’’.
Aunque parezca difícil, esta es la mejor forma de imprimir la misericordia del Señor en nuestras vidas asegura el presbítero quien coloca estos consejos como una buena forma de afectar de manera positiva a un país que necesita más “misericordiosos como el Padre’’, recalcó.
Esperanza
Para la Hermana Benilda Javier, Misionera del Sagrado Corazón ‘’En medio de lo que estamos viviendo, debemos comprender que Dios es amor, misericordioso y debemos buscar la manera de hacer realidad esa misericordia para que se deje de hacer tanto daño y podamos poner en práctica las obras que Jesús nos propone’’, la religiosa afirma, que partiendo de esto podremos ir construyendo un verdadero cambio en el país, tomando esto en cuenta y ‘’siendo portadores de esa misericordia desde nuestras acciones, a perdonar para ir propagando la gran bondad del Señor’’. Poder tener misericordia y clamar por ella, es uno de los ejercicios de este tiempo pascual para seguir comprendiendo el gran amor que Dios tuvo y así, transmitirlo.
