La hermana María Luz Portillo Argueta celebra 25 años de servicio

Ella es parte de las Hermanas Misioneras de Marilam y fue acompañada por 3 novicias que profesaron votos temporales

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En el marco de la fiesta de San Francisco Javier, patrono universal de las Misiones, con gran júbilo las hermanas Misioneras de Marilam tuvieron la dicha de celebrar el 25 aniversario de votos de la hermana María Luz Portillo Argueta y la profesión de votos temporales de tres novicias. Rodeada de barias de sus hermanas de congregación, familiares, amigos, bienhechores, de otras Congregaciones religiosas y de algunos amigos sacerdotes, han dado gracias a Dios por tan maravilloso don de la vocación religiosa y misionera. La hermana María Luz, a lo largo de estos 25 años, se ha dedicado a servir al Señor Jesús tal como lo ha deseado y para lo cual ha consagrado su vida.

Ha servido en las parroquias, de Santa Cruz de Yojoa en Cortés, en la parroquia San Juan Bautista de la colonia Kennedy de esta capital, con la pastoral juvenil, en Támara Francisco Morazán. También como maestra de novicias en la parroquia Inmaculada Concepción de Waslala, Nicaragua; en la parroquia San Juan Bautista de Penonomé, Panamá y ahora en el consejo general de su congregación, desde donde dan gracias a Dios por su vocación.

Con júbilo también dieron la bienvenida a las nuevas novicias que profesaron sus votos, ellas son: Sayda Barrera Muñoz, originaria de Waslala, Nicaragua, Idalia Marvely Barahona Ramírez de Güinope, El Paraíso y Elizamar del Carmen Mendoza Blandón originaria también de Waslala, quienes después de seguir la formación previa a su profesión, han decidido consagrar su vida al Señor. La Eucaristía fue presidida por Monseñor Guido Charbonneau, obispo de la diócesis de Choluteca, quien les dijo que “Se hace realidad el lema episcopal del fundador de esta Congregación, monseñor Marcelo Gerín quien decía ‘Que se ensanchen los espacios de la caridad’, porque cada vez que hay personas que se consagran a Dios la caridad se acrecienta”. La condición para todo seguidor de Cristo es encontrase con Él, es por ello que monseñor agregó que “no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, si no por el encuentro con un acontecimiento, con una persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”. Es claro que la vocación no nace por sí sola, es algo que germina y se va cultivando en ese encuentro personal con Jesucristo. Y para ello han habido personas de por medio y acontecimientos que culminaron en un sí decisivo.

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