La gracia es el auxilio que Dios nos da para responder a nuestra vocación

Es un don gratuito de Dios, con la cual, participamos de la divinidad del Señor

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En muchas ocasiones, es común entre la población, mencionar lo importante que es “andar en gracia”, para indicar la cercanía que tenemos con el Señor a través de sus sacramentos. La gracia también llamada gracia santificante es un don de Dios.

Es una realidad espiritual sobrenatural que Dios infunde en nuestra alma. La Palabra de Dios habla de ella de distintas maneras: San Pedro la describe diciendo que es una participación de la naturaleza divina en nosotros; San Pablo la llama “nueva creación”, “hombre nuevo”; San Juan la llama “vida eterna en nosotros”.

El padre Nery Gómez, sacerdote de la Diócesis de Santa Rosa de Copán explica que la gracia de Dios es sentir ese gusto por la justicia, la bondad, la belleza, la nobleza y esta tiene clasificaciones que, nos ayudan a profundizar y diferenciar ciertas acciones. “A la gracia santificante que es la presencia de Dios en la persona, muchos le llaman estado de gracia, es esa amistad y relación permanente con Dios”, dijo.

Divinidad

Para el seminarista Abraham Gálvez, la gracia santificante es aquella que nos es infundida por Dios en el momento de nuestro Bautismo, con esa gracia, no solo nos libera del pecado original, sino que “Nos vuelve hijos de Dios por adopción y nos concede la potestad de estar siempre con Él, de anhelarlo, de desear siempre hacer su voluntad”.

Álvarez explica que, esta gracia la perdemos cuando cometemos un pecado mortal, es decir una violación grave a la ley de Dios. Sin embargo, “la recuperamos, cada vez que recibimos la absolución en el sacramento de la Reconciliación, cuando tenemos un arrepentimiento sincero del pecado que hemos cometido”.

La principal característica es que, es una gracia que Dios infunde en nosotros y, por lo tanto, tiene un carácter permanente, en cambio, la gracia actual son virtudes que Dios otorga para determinados momentos. Se puede decir que son gracias que vienen y van, que podemos rechazarlas o podemos aceptarlas, pero en general, son gracias que el Señor nos confiere, para poder actuar en determinados momentos según se necesite y según Él considere que debemos colaborar en su obra.

Los carismas están en función de la gracia santificante

Para entender este concepto, es importante citar el Catecismo de la Iglesia Católica en su numeral 2023, que indica, que la gracia santificante “Es el don gratuito que Dios nos hace de su vida, infundida por el Espíritu Santo en nuestra alma para curarla del pecado y santificarla”. En el numeral 2024, da a conocer que “La gracia santificante nos hace “agradables a Dios”. Los carismas, que son gracias especiales del Espíritu Santo, están ordenados a la gracia santificante y tienen por fin el bien común de la Iglesia. Dios actúa así mediante gracias actuales múltiples que se distinguen de la gracia habitual, que es permanente en nosotros”.

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