¿Ha oído hablar usted de la llamada “generación de cristal”? Quizás no, pero más de alguno estará pasando estas situaciones en casa, ya que se refiere a los jóvenes nacidos después del año 2000, que pueden llegar a ser más frágiles, inestables o inseguros, por lo general tienen poca tolerancia a la crítica, al rechazo y la frustración, además, son muy dependientes de la tecnología.
La psicóloga Kenia López, explica que esta generación por lo general es así, porque ha sido sobreprotegida, lo que se ha convertido en una tendencia en la crianza de hoy en día y muchas veces, el padre de familia incide en esto.
Apoyo
La especialista en psicología, Keylin Moncada, aduce que esta generación posee baja autoestima debido a los estigmas sociales a los que se enfrentan. La necesidad de tener constante reconocimiento es lo que influye en su falta de seguridad y confianza. Si no cuenta con la aprobación positiva de su comunidad o entorno social, se sienten aislados y fuera de foco.
Existen cosas que juegan en contra para tratar a estos jóvenes, manifiesta la experta y sostiene que “No seamos padres y madres que presionan demasiado, tampoco obliguemos a que los jóvenes hagan algo que realmente les cuesta, ni mucho menos los comparemos con nosotros mismos”.
Datos
Según Mario Cerna, especialista en competencias digitales y periodismo digital, en Honduras existen 5.6 millones de hondureños que están accediendo a Internet. “El uso de las redes sociales se han incrementado en los últimos años cerca de 4.4 millones de cuentas activas en Facebook hay en el país, alrededor de un millón 300 mil en Instagram, más de 800 mil en Linkerin y en Twitter 400 mil usuarios activos y la mayoría de la población usuaria de esto es joven”, Según Cerna, las plataformas han hecho que muchos jóvenes puedan comunicarse, pero al mismo tiempo, los vuelve dependientes a una aprobación positiva por parte de la sociedad y cuando no la obtienen, se frustran e incluso llegan a la depresión.
Karen Olivera, es pedagoga y madre de tres adolescentes mujeres y un niño. Ella coincide con los expertos en psicología en cómo tratar a esta generación de cristal. “Hay que prepararlos para enfrentar al mundo y al futuro, no tenemos que luchar por ellos”, puntualizó Olivera.