La devoción a la Virgen del Carmen ha despertado tanto interés dentro de la población católica creyente que hasta niños, acompaña- dos de sus padres, ya saben lo que es estar platicando con nuestra Madre bajo la advocación del Carmelo. Son varios los grupos que tienen como patrona, al igual que muchas familias enteras son devotas y cada año celebran con gran regocijo espiritual su gran fiesta.
En la comunidad de Jutiqui- le, en el departamento de Olancho, hay gran devoción hacia la “Flor del Carmelo”, y precisamente en la familia Romero se ha entregado en cuerpo y alma para mantener latente la tradición de hacer feliz a la población que en gran número les acompañan cada 16 de julio. Noblida del Carmen Romero y Teresa de Jesús Romero, son dos mujeres que tienen bien cimentada su fe que desde hace muchos años vienen manteniendo el amor a esta advocación. Doña Noblida manifiesta que ella desde la edad de cinco años hacia el Rosario, que lo elaboraba con olotes de maíz y así invitaba a los demás niños para rezar.
“Desde que estaba chiquita mi mami me contaba de la Virgen y desde pequeña comencé a reunirme con mis amiguitos y a las muñecas las colocaba en el altar y nos poníamos a cantar. A una de ellas le decíamos Carmen, porque así se llama la Madre de Dios y desde allí la tradición, la cual no hemos dejado”. Noblida agrega que “con 1 lempira comprábamos una bolsa de pan, que en aquel tiempo valía cada galleta un centavito y así celebrábamos el día con las compañeritas que llegaban a mi casa”.
Por su parte doña Teresa de Jesús Romero, es la fiel acompañante en mantener conten- ta a la Virgen del Carmen y precisamente que ella, como las demás personas sienten una gran emoción y respeto a la Madre de Dios. “Yo tengo esa fe sembrada y entonces somos felices al ver que mucha gente nos acompaña”, concluyó.