Cuando pasamos por dificultades, momentos difíciles en nuestras vidas y sentimos que no podemos con el dolor que estamos viviendo, viene Dios a nuestro auxilio a darnos la fuerza que necesitamos para poder salir fortalecidos de esas pruebas difíciles que Dios pone en nuestras vidas. Todos esperamos que las cosas mejoren.
Deseos
Anhelamos plenitud de vida personal, familiar y social. Ese futuro lo soñamos y decimos cómo queremos que sea. Aspiramos a un mundo de justicia y paz, de seguridad y confianza, de fraternidad. Y tantas otras cosas. El Presbítero Santos Pablos Vásquez, Párroco de la comunidad San Martin de Porres, nos habla sobre la Navidad y como este tiempo se convierte en un tiempo de esperanza y reflexiona diciendo que “Nos ha nacido y se nos ha dado un Salvador, es la consumación de todas las promesas y esperanzas del pueblo elegido por Dios y de cada uno de nosotros. Por lo tanto, es incompatible la depresión, la tristeza”.
Realidad
Si Cristo no nace, no hay salvación. Entonces los que han muerto quedarían en la tumba sin remedio ahí para siempre. Pero nacimiento de Cristo nos confirma que la salvación se ha hecho presente. El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz. Los que han muerto serán llamados a la vida. Es decir, ahí se fundamenta gran parte de la esperanza cristiana. También en la Encarnación.
Misterio
El tiempo de Navidad trae consigo la gracia de renovar el aquí y el ahora de la Iglesia y de cada creyente lo acontecido en Belén hace más de dos mil años. El mismo misterio contemplado en Belén por María y José, los pastores y los Reyes Magos es el que contemplaremos por la fe en la celebración del Nacimiento del Niño Jesús. En Navidad nace “Cristo Jesús nuestra esperanza” (1 Timoteo 1, 1). En Cristo ahora sí la esperanza no defraudará. Las promesas del Señor se cumplirán con toda certeza.
Salvador
De igual forma el Padre Santos Pablo nos invita a encontrar el verdadero significado del nacimiento del Niño Jesús: “debemos agradecer al señor y decirle, en ese niño que nace está puesta toda nuestra esperanza y nuestra. La fe es la vida, la vida nos ha nacido, por lo tanto, creo que ahí se fundamenta en razón para no estar triste. El Salvador, el autor de la vida, la salvación misma nace y se nos da. Por lo tanto, los que han muerto en Cristo resucitarán y volverán a la vida con Cristo”.
